Quien tiene la información, tiene el poder, esa pareciera que es la consigna que viene imperando en Colombia en los últimos meses. Los medios de comunicación se han vuelto relevantes en el escenario nacional, al punto de muchos de los grandes emporios económicos nacionales o extranjeros se han querido hacer a los principales medios del país. A eso se suma que desde el año pasado, y casi coincidiendo con la entrada en vigencia del nuevo gobierno, hemos visto cómo en redes y en los diferentes medios de comunicación han venido circulando mensajes diversos de salidas de conocidos periodistas, presentadores y presentadoras, locutores y demás profesionales de los medios, todos conectados por elementos en común: la oposición al nuevo gobierno, posiciones férreas en contra de personalidades reconocidas en el país.
La salida de muchos de ellos se han dado luego de manifestaciones a favor o en contra de políticas nacionales o de personalidades del partido de gobierno y relacionados, en algunos casos, acompañado de amenazas de grupos ilegales como las autodenominadas “Águilas Negras”. Pareciera que ni siquiera las voces unidas en redes han logrado parar con esta salida desbocada de personajes reconocidos de los medios.
La más reciente fue la salida de la presentadora Mónica Rodríguez del programa matutino Día a Día del Canal Caracol, salida que al parecer venía anunciándose desde el año pasado cuando la presentadora en varios trinos hechos desde su cuenta personal de Twitter manifestaba su posición frente al uribismo y otros personajes, como el exprocurador Alejandro Ordóñez, a lo que el líder natural del uribismo le cuestionó y la llevó a tener que disculparse por sus trinos. La salida de la carismática presentadora, aunque ha venido siendo manejada de bajo perfil tanto por el canal como por la presentadora, es difícil no relacionarla con el incidente de los trinos.
Otro de los sonados casos recientes fue el ocurrido con el conductor del programa Los Puros Criollos, Santiago Rivas, quien fue claramente censurado por parte de Juan Pablo Bieri, gerente de RTVC, quien, tal y como quedó comprobado en los audios que conoció la opinión pública, fue contundente.
A estos casos, que claramente no son aislados, se suman los, lamentablemente al parecer, ya tradicionales periodistas amenazados por decir la verdad: Daniel Coronell, Julián Martínez, Gonzalo Guillén y hasta Vicky Dávila, de quien eran conocidos sus lazos cercanos con el uribismo, pero que desde un tiempo para acá se ha venido distanciando, al punto de que recientemente la directora del partido político Centro Democrático lanzó unas preocupantes afirmaciones con tinte penal, en la que acusaba a la presentadora de recibir “pagos con fajos de billetes” y tratándola a ella y al senador Gustavo Petro con palabras desobligantes como “rata” y otros adjetivos de grueso calibre, de los que luego se excusó, endilgándonle la responsabilidad a un joven community manager, quien luego de este hecho renunció a su cargo.
La lista parece interminable, aun cuando los mismos medios parecieran sistemáticamente ocultar esta verdad a gritos. Solo esperamos que estas acciones con tinte de censura no tengan que ver con Ley TIC, anunciada por el actual gobierno y que pretende regular los medios de comunicación. Sea esta u otra razón, solo esperamos que en aras de evitar la tan cacareada dictadura de la que nos querían salvar, no nos estén llevando más rápida a ella, empezando con el primer y más importante factor de mordaza a la verdad.