Desde comienzos de los años 90s, la aplicación en el país de las políticas económicas contempladas en el Consenso de Washington caracterizadas por reducción del Estado y agrandar el mercado y sumado el severo recorte del gasto público entre los cuales destacamos la Regla Fiscal. También se desprotegió el mercado interno mediante, la reducción de los aranceles, la eliminación de los subsidios y la firmas de los TLC; se eliminaron las barreras a los controles a capital financiero y transnacional, grandes exenciones tributarias a los grandes capitales y las empresas trasnacionales las privatizaciones son también un pilar de estas políticas; la flexibilización de las leyes laborales y pauperización del empleo.
En ese marco al país, lo especializan en un país productor y exportador de materias primas como los hidrocarburos y la minería del carbón y el níquel y una agricultura de plantación extensiva como el banano y la palma de aceite; lo anterior, conllevó a la reprivatización de nuestra economía; de igual manera, se debilito la economía campesina y de los productores nacionales de alimentos y bienes agropecuarios para el mercado interno.
La actual crisis de La Guajira se enmarca en el contexto de la crisis del país, la economía Guajira, gira en torno a la gran minería, la cual presenta pocos encadenamientos con otros sectores productivos, configurando una economía de enclaves; este tipo de minería propia de la etapa actual del capitalismo donde predomina el capital financiero, se caracteriza por ser una actividad intensa en bienes de capital y poco generadora de mano de obra.
Pese, a que el primer renglón de exportación del petróleo y la minería se constituyen en la primera fuente generadoras de divisas y de los ingresos de la nación y de las entidades territoriales como La Guajira es un error seguir atando el país y el departamento en la extracción de hidrocarburos y carbón.
Por lo que consideramos necesario, el tránsito de las energías fósiles hacia una matriz de energía limpias; pero, creemos que para hacer ese transito primero debemos hacer la transformación de la estructura productiva del país y del departamento para diversificar nuestra economía y la canasta exportadora y; para ello, es indispensable la acción decidida del Estado.
Es por ello, que, desde el quince de febrero del año en curso, distintos actores sociales del departamento vienen gestando en Riohacha y La Guajira un proceso de reflexión e intercambio de experiencias nacionales e internacionales que apuntan a generar un cambio en cuanto a la estructura y la diversificación productiva del departamento de La Guajira, así como su sostenibilidad.
Organizaciones como el comité cívico por la dignidad de La Guajira, la Diócesis de Riohacha, la universidad de La Guajira, el Centro de Estudio del Trabajo,(Cedetrabajo), Corpoguajira, la UNAD y el movimiento feminista niñas y mujeres wayuu; ven en medio de las diferencias un escenario propicio para aperturar y fomentar el dialogo, la concertación, la unidad social y la movilización colectiva que no es el fin en sí mismo, sino, el medio para que La Guajira pueda entrar a resolver las necesidades que padece en términos económicos, políticos y sociales, dada la vulnerabilidad monetaria en la que se encuentra el departamento con un 67,4% en el 2021, la situación de inseguridad alimentaria del 50% (ENSIN-2015).
El desempleo que entre agosto y octubre de 2022; en Riohacha fue del 16,7% la informalidad del 58%. Esto según datos del ultimo informe del programa mundial de alimentos de febrero de 2023.
Por otro lado, la explotación desmedida de nuestros recursos naturales nos ha dejado grandes e irreversibles impactos sobre el territorio, nuestros recursos hídricos, la biodiversidad en las comunidades aledañas al complejo carbonífero y la afectación en la salud de los Guajiros, producida por el polvillo del carbón, además de una economía sin ningún tipo de encadenamiento productivo, los conflictos socioambientales, la tensión por la apropiación y uso del suelo.
Es este ambiente, el que nos permite concluir que La Guajira y Riohacha se han convertido en un espacio meramente de supervivencia, cuyos protagonistas vienen librando el pulso en la necesidad de construir una nueva forma de convivencia social, que se librará en el foro de diversificación productiva, cambio climático y dialogo social, el próximo 17 de marzo, en la Universidad de La Guajira
De aquí se desprende que podamos adelantar una agenda concertada de diversificación productiva para el departamento, definir una visión de futuro de lo que queremos que sea La Guajira, la elaboración de un diagnóstico y consolidar una mesa de dialogo, en el que se pueda garantizar a todos el ejercicio de sus derechos y deberes a fin de que los Guajiros podamos llevar una existencia Digna.