Imparable la campaña ciudadana para lograr la revocatoria del Alcalde de Bogotá, Bolardo Peñalosa, y su modelo neoliberal convertido en el paraíso de los capitales financieros especuladores con las inversiones en los desarrollos urbanos.
Peñalosa es el emblema de la negación del derecho a la ciudad.
El sujeto político que lidera la revocatoria es un conglomerado de fuerzas populares constituidas en la defensa de las conquistas democráticas alcanzadas en los años recientes por los burgomaestres progresistas y de izquierda.
Vienen nuevos pasos para echar de la Alcaldía este agente de los granes capitales bancarios y financieros.
La campaña para desalojar de la Alcaldía de Bogotá a Bolardo Peñalosa ha logrado un nuevo e importante peldaño en la batalla del pueblo colombiano y bogotano contra el neoliberalismo y el poder de las criminales oligarquías que dominan el Estado y la sociedad.
Frente a la contundencia de los hechos, la Registraduría Nacional del Estado Civil ha debido confirmar el número legal de firmar para proceder al trámite correspondiente cuya teleología es consagrar una victoria significativa de las masas populares en la Capital de la República mediante la suspensión del mandato del actual Alcalde de la ciudad donde habitan casi 10 millones de personas.
No prevalecieron las maniobras ni las leguleyadas de los politiqueros afines a Peñalosa, que en el campo de las instituciones electorales, acudieron a diversas argucias para impedir la demanda democrática de la ciudadanía.
En la movilización que se ha dado en los meses recientes lo que importa destacar, desde el ángulo político, es la ruta seguida en la constitución del sujeto y la subjetividad encargada de la recolección de las firmas y la elaboración de los memoriales que justifican y legitiman la petición de la revocatoria de un inepto burgomaestre.
Los trabajadores de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, de naturaleza pública, y sus dirigentes sindicales, junto a otros importantes movimientos políticos, como el Partido Comunista, han volcado todas sus infraestructuras organizativas para acumular una potencia de grandes proporciones focalizada en la ofensiva contra la camarilla neoliberal que pretende destruir los importantes derechos sociales alcanzados durante los gobiernos progresistas de reciente ejecución.
Peñalosa es un caracterizado agente del neoliberalismo; un operador de los capitales financieros utilizados para la explotación de las plusvalías urbanas mediante la manipulación de los Planes de Ordenamiento Territorial.
El Metro peñalosista, los nuevos esquemas de transporte masivo, las proyecciones para dotaciones en sectores de altos estratos burgueses de la ciudad, el uso del Esmad para aplastar la protesta popular, las alianzas con el paramilitarismo uribista y otras medidas incluidas en el Plan de Desarrollo de la actual administración son estrategias regresivas que ya afectan duramente gruesos significativos de la ciudadanía capitalina.
Es lo que explica el enojo popular y el auge del rechazo al nuevo rostro del neoliberalismo bogotano.
La marcha debe proseguir hasta que logremos que se vaya Bolardo Peñalosa.