De los nueve goles que recibió Colombia —en las derrotas ante Uruguay y Ecuador—, por lo menos seis fueron fallas individuales y no del sistema, ni de querer jugar al estilo de fútbol europeo. Así, con esas fallas individuales que matan un esquema de juego y el espíritu de competencia, no hay DT que aguante.
Como todos eran un desastre, Queiroz intentó cambiar lo que más pudo, pero ya el desánimo por el resultado estaba muy avanzado. Los jugadores, inconsciente o conscientemente, se tiraron el esquema que, por muy discutido que sea, por la nómina escogida o la posición de algún jugador en la alineación no daba para jugar tan horrible o, mejor dicho, no jugar, porque todos fueron unas momias en lo físico y mental.
¿Qué cambió? Porque un mes antes contra Chile al menos hubo algo del sistema, fútbol y carácter que alcanzó para empatar un juego duro ante un rival difícil, lo que no existió en estos dos últimos juegos.
Queiroz se irá como el mártir que paga todas las culpas, propias y las de los jugadores, como se estila cuando se falla en clubes o selecciones. ¿Y los jugadores? Ahhh, bien, gracias. Ni siquiera son capaces de hacer un comunicado conjunto presentándoles disculpas al DT y a la afición colombiana por sus pésimas actuaciones. Si bien con ello no cambian los resultados, por lo menos es un gesto de reconocimiento a la responsabilidad y un acto de caballerosidad.
Ahora los directivos entran en una etapa de reflexión y análisis para buscar el nuevo timonel. Se espera que acierten, porque hace rato no pegan una. Todo lo que tocan se desarma o corroe. Pareciera que los persiguiera un karma negativo, por algunas situaciones de manejo administrativo que les ocasionaron una supermillonaria multa de la SIC y los tienen en jaque ante otras posibles investigaciones. Deberían exorcizarse espiritualmente y físicamente con baños especiales para alejar las malas energías que los rondan.
Eso de esperar que saquen a Rueda en Chile para contratarlo no parece sano; además, vendría con el aura gris de haber fracasado allá. Volver a mirar la posibilidad de Pékerman sería una especie de vómito negro para los directivos después que lo sacaron aún con dos procesos exitosos por razones diferentes al tema futbolístico.
La verdad hay que mirar un proceso nuevo y fresco, con alguien de experiencia en manejo de grupos exitosos. Esto con la idea de enderezar el camino a Qatar, aunque en el fútbol, como en muchas cosas de la vida, nada está garantizado.