¡Debemos estar de fiesta!
Se va el fiscal que dice que los asesinatos a líderes sociales son líos de faldas, que defiende el uso de glifosato en las selvas, que encubre el mayor desastre de corrupción de la historia en Colombia, que le pone trabas al acuerdo de paz del Estado colombiano con un grupo armado… y aun así algunos periodistas de opinión lo quieren hacer ver como un mártir o un estratega político.
A las cosas hay que llamarlas por su nombre, se va un fiscal corrupto, el más que la historia reciente de Colombia pueda recordar.
Pero lo que llama la atención con mayor fuerza es cómo los medios de comunicación hegemónicos invisibilizan el comunicado 047 de la JEP donde se pide “que se investigue a funcionarios de la Fiscalía por irregularidades en recaudo de pruebas".
Sí, ese comunicado que expresa cómo estos funcionarios se saltaron protocolos para el recaudo de pruebas contra el acusado Santrich. Si era evidente que el implicado estaba cometiendo delitos, debieron proceder dentro de la legitimidad. Pero parece que estos señores que manejan la Fiscalía no conocen qué es legitimidad.
Eso mismo ocurrió con el computador de Raúl Reyes, cuando las “pruebas” que se encontraron ahí fueron declaradas ilegítimas por la Corte Suprema, pues se recogieron de manera irregular.
Otra cosa es que con fines políticos, algunos representantes del partido de gobierno se den golpes de pecho porque se pide investigar a los funcionarios que estaban detrás de la investigación de Santrich; pero que los medios de comunicación no señalen con claridad cómo ese procedimiento es ilegítimo, cómo se procedió de una forma inadecuada en un proceso de investigación, se llama encubrimiento y complicidad.
Y que, además, pretendan usar esta renuncia como una victoria política del Néstor Humberto Martínez es más que nauseabundo. Ignoran a periodistas serios como Daniel Coronell, María Jimena Duzán, Yohir Akerman y Gonzalo Guillén, quienes todas las semanas develan las triquiñuelas de este personaje nefasto que es el fiscal.
Se hizo el milagro. Lo que no se pudo con la moción de censura propuesta por Jorge Robledo y Angélica Lozano, se logró por la misma incompetencia de Martínez Neira de llevar un proceso legítimo que habría llevado a extraditar a Santrich; pero no, su ego, su mezquindad, hizo que todo lo que realizó la Fiscalía quedara como un montaje.
Se va el fiscal, pero debemos estar atentos a la terna que proponga Duque, después que le avalen el expresidente Uribe y el señor Sarmiento Angulo, porque lo de Odebrecht se debe seguir encubriendo.