"La impunidad premia el delito, induce a su repetición y le hace propaganda, estimula al delincuente y contagia su ejemplo" —Eduardo Galeano.
El día 17 de junio de 2017, hombres armados y encapuchados entraron a mi casa a eso de las 9:30 p.m. Desordenaron todo a su paso, rebuscaron desesperadamente algo y luego que revisaron hasta la última hoja se llevaron computadores, celulares, tablets, etc. No sé qué buscaban, pero de lo que sí estoy seguro es que su mentalidad vacía solo se limitó a buscar objetos materiales y no les permitió encontrar la fuente del conocimiento que estaba frente a sus ojos y es capaz de transformar nuestro pensamiento y la sociedad: los libros. Mi biblioteca personal y la pequeña biblioteca familiar quedaron intactas, ni los más importantes libros que han trasformado la historia mundial fueron tocados.
Tras esta difícil situación, han sido muchos los mensajes de apoyo a mi familia. He tenido la oportunidad de hablar con personas victimas de hurtos, policías, ciudadanos de otras regiones y extranjeros. Esta experiencia me condujo a una reflexión y como estudiante, me coloqué el lugar de un dirigente político con capacidad de dictar leyes. Desde esa posición tengo 3 propuestas para combatir y derrotar a la inseguridad:
- Para atemorizar a los criminales
Con el objetivo de atemorizar a los delincuentes y hacerlos pensar más de una vez antes de cometer un acto de hurto se debe, a todos aquellos hallados culpables, tatuar en una parte visible de su cuerpo para que, a pesar de su arrepentimiento futuro, recuerden hasta el día de su muerte el error. Cabe resaltar que esta medida no erradicará de raíz el problema de la inseguridad, pero sí podría apaciguarlo.
- Cuando se cometa el crimen
En la sociedad actual, cada día es más evidente cómo la ciudadanía pierde su confianza en la justicia y esto se debe a la ineficacia de esta última. La flexibilidad con quienes cometen los delitos y los beneficios a los delincuentes a cambio de cuotas económicas conllevan a la reincidencia y es por eso que las personas prefieren no denunciar, sino tomarse la justicia por sus propias manos. Mi propuesta sería el endurecimiento de la pena: cero beneficios para ladrones, asesinos, violadores y corruptos. Todos ellos son traidores y con estos no se puede tener compasión, pero si, estar dispuesto a perdonar su arrepentimiento.
- Para erradicar el crimen de raíz
Los actuales dirigentes políticos del departamento de Sucre, la Costa Caribe y Colombia no tienen una visión a futuro, sus decisiones pueden ser comparables de manera metafórica con querer curar una fractura de hueso aplicando anestesia en la zona afectada. Las administraciones de turno se han encargado de aplicar una política militarista, que consiste en aumentar el pie de fuerza pública y los retenes en la ciudad. La consecuencia de esto no es la erradicación de los delincuentes, sino su dispersión a otras zonas de la ciudad o región. Si queremos acabar con el problema de la inseguridad debemos pensar de manera futura, la sociedad no necesita más policías, requiere más cultura, educación y empleo digno. Una persona que el Estado le garantice derechos básicos (salud, educación, empleo) y que tenga las leyes divinas presentes no atacará a su prójimo.