La autoridad electoral ha validado 133.000 firmas de las más de 300.000 aportadas para que se adelante el proceso de revocatoria del alcalde Daniel Quintero de Medellín, elegido para el periodo 2020-2023 por un grupo significativo de ciudadanos que derrotó con 350.000 votos al candidato de la ultraderecha uribista, el parapolítico Alfredo Ramos, hijo de un exsenador pastranista (Ramos, también), condenado por organizar grupos paramilitares por todo el territorio de Antioquia entre 1996 y 2004, de la mano de Carlos Castaño y sus hermanos, los cuales ejecutaron junto con el Ejército y la policía miles de “falsos positivos” y centenares de masacres de humildes campesinos.
La ley exige 90.000 firmas en respaldo a la petición de la revocatoria, que debe adelantarse en votaciones a realizar en la fecha que fije el gobernador de Antioquia, durante los próximos dos meses. El Comité promotor “Medellín cuenta conmigo”, encabezado por Andrés Rodríguez, una ficha de Matarife, ha solicitado que las votaciones se hagan el próximo 13 de marzo (día de las elecciones parlamentarias y de consultas para escoger candidatos presidenciales), las cuales deben alcanzar una cifra de los 305.000 sufragios, de los cuales 40 % debe aprobar la destitución del burgomaestre de la capital paisa para luego hacer el nombramiento del reemplazo y, después, las votaciones que señalen el nuevo alcalde.
En Colombia, durante más de 30 años, la revocatoria de alcaldes ha sido poco exitosa; de pronto dos o tres alcaldes han sido suspendidos de su mandato en tres décadas, y eso.
Ahora, con la presión del poderoso bloque de la ultraderecha fascista que encabeza Uribe Vélez en Antioquia, su tierra natal, esta revocatoria ha cobrado forma y es un hecho político que sería necio desconocer.
El alcalde Quintero ha objetado este proceso mostrando que muchas de las firmas son falsas o de personas que no viven en la ciudad; su apelación está en curso y el forcejeo será intenso como parte de su defensa jurídica y política.
La revocatoria de Quintero es un acto de revancha de Uribe Vélez y su mafia por las denuncias que el primero ha hecho sobre la corrupción de los segundos en las Empresas Públicas de Medellín (EPM) y en la construcción de las obras de la represa de Hidroituango, proyecto en el que se han perdido miles de millones de dólares en corrupción y financiación de las campañas políticas del Centro Democrático y de la ultraderecha parapolítica de Medellín y el Bajo Cauca Antioqueño.
Hidroituango ha sido un descalabro financiero y ambiental que ha afectado casi 30 municipios de la cuenca del río Cauca y de la región de la Mojana en el sur del departamento de Bolívar.
En mi opinión, Quintero es un líder progresista de Antioquia que se ha ganado el respaldo de la comunidad democrática de su ciudad y la región que lo acompaña en sus acciones y en sus políticas de cambio de Medellín.
La batalla por la revocatoria que ya está en curso demanda la más amplia unidad de todos los sectores democráticos para impedir el sabotaje del fascismo neoparamilitar alentado por el Caballista del Ubérrimo. Hay que impedir que esta mafia se salga con la suya.