Se conoció en el mes de noviembre de 2016 el caso de la colombiana Marcela Lugo. Esta mujer fue víctima de violencia de género por parte de su pareja, un ciudadano egipcio. Este caso fue muy divulgado por los medios de comunicación, ya que ella realizó un video desde su teléfono denunciando su caso y los actos de violencia que sufría junto a sus hijos.
Sin embargo, esto es solo la punta del iceberg. En marzo de 2018, mes que conmemora el respeto y la valoración de la mujer, sabemos y es conocido que la realidad en Egipto es la presencia de múltiples casos de violencia de género en contra de mujeres de diversas nacionalidades con las que se casan con hombres egipcios de creencia religiosa musulmana.
Ver: Una española denuncia que su hijo de tres años está retenido por su marido en Egipto
No solo se presenta en mujeres. La acción contra la paternidad, es igualmente alta. Ver: Francisco Javier, residente en El Cairo: "Mi mujer me impide ver a mi hija desde hace tres meses"
El último caso grave de agresión de una mujer colombiana en Egipto se presentó el día lunes 04 de marzo de 2019, cuando ella estaba en un lugar seguro, pero llegó el padre de su hijo menor, junto a un grupo de policías, y se la llevó en contra de su voluntad a firmar documentos en un país extraño, en un idioma que no es el suyo.
Varios aspectos a analizar después de leer la declaración (se borran los nombres de las afectadas para salvaguardar su vida):
- No se sabe aún cuál ha sido el proceso por el cual el padre de la hija menor dio con el domicilio, si se tenía la certeza que era un lugar seguro y pocas personas sabían de él.
- No se conoce, de igual manera, cómo este agresor, conoció todos los procesos que ella llevaba para lograr sacar a sus hijas de Egipto y que se estaban haciendo de manera cautelosa, ya que ella temía por su integridad física y por la vida de ella y sus dos hijas.
- No se sabe aún qué tipo de documentación firmó y aún, al día de hoy, sin el reconocimiento por parte de autoridades de Egipto o consulares de que esta mujer se encuentra bajo coacción del agresor y su familia.
- No se tiene en cuenta que aún teniendo la denuncia presentada desde el 21 de junio del año 2017 en un correo electrónico del Consulado General de Colombia en El Cairo, esta mujer no fue atendida por parte del CIAC de la Cancillería, y a fecha del martes 6 se tiene que instaurar denuncia para lograr ser atendida y protegida.
- Según nos informan, las denuncias deberían ser registradas por los ciudadanos, pero a esta víctima nunca se lo informaron.
Para finalizar, nos asaltan diversas preguntas: ¿será Ana Milena Muñoz de Gaviria, exprimera dama de la nación, la persona idónea para manejar los asuntos bilaterales con una nación como Egipto, donde su radicalismo religioso menosprecia a la mujer y la relega a planos secundarios?
¿Seguirá la Cancillería pagando favores políticos, pero dejando a sus connacionales abandonados?