Mateo Malahora fue el seudónimo de Jorge Muñoz Fernández, exalcalde (e) de Popayán, expresidente de la Asamblea Departamental del Cauca, columnista de varios periódicos regionales y colaborador de Las2Orillas, quien nació el 4 de noviembre de 1944 y falleció hoy 31 de julio de 2020 a causa de un infarto fulminante, hacia las 2 de tarde, en la ciudad donde nació. Se distinguió como defensor de Derechos Humanos y presidió la comisión que desmovilizó al M-19 y al Quintín Lame, como amigo de Carlos Pizarro León-Gómez.
Nació en el seno de una familia de clase media de Popayán. Su padre fue Jorge Muñoz Arcos, comerciante; y su esposa Emilia Fernández Sánchez, docente de la Secretaría de Educación del Cauca. Sus abuelos fueron por parte paterna: Patrocinio Muñoz y su esposa Felisa Arcos, oriundos de Génova, Nariño; y maternos: Miguel Fernández y Rosario Sánchez, procedentes de Silvia, Cauca. Hermanos: Carlos Arturo (f), Amparo, Alba Felisa, Lulú Muñoz Fernández. El vate fue padre junto a Grace Patricia Gallego de: Tatiana Muñoz Sandoval, Boris Juliao Muñoz Gallego (f), Belquis Muñoz Gallego, Jorge Luis Muñoz Gallego y Juan Pablo Muñoz Gallego; también fue padre de Tatiana Muñoz Sandoval y Boris Juliao Muñoz Gallego (f), a quienes este medio transmite sus condolencias, al igual que a su sobrino Julián Valencia.
Escribió con el seudónimo de Mateo Malahora en los periódicos colombianos Las2Orillas, diario El Liberal y Nuevo Liberal de Popayán, Proclama del Cauca, Proyección del Cauca y Periódico Virtual. También fue columnista del diario El Espectador y el Nuevo Día de Ibagué.
Se desempeñó en Colombia como Presidente de la “Comisión de Dialogo del Cauca”, que contribuyó al proceso de desmovilización del Movimiento 19 de Abril M-19, y “Caucanos por la Paz, que hizo posible el tratado de paz con el Movimiento Armado Indígena Quintín Lame, hechos que condujeron a la Asamblea Nacional Constituyente y dieron origen a la Constitución de 1991.
Concejal de Popayán en 1990, diputado y presidente de la Asamblea Departamental del Cauca en 1974; Personero Municipal y como tal, cofundador de la Federación Nacional de Personeros; Secretario de Gobierno de Popayán en 1992 y alcalde encargado de Popayán en varios periodos durante la administración de Luis Fernando Velasco (de 1992 a 1994); así como Defensor del Pueblo Regional del Cauca en 1998. Su labor gestionó el Primer Simposio Internacional de Derecho Internacional Humanitario en Colombia; como abogado fue miembro de la Asociación Americana de Juristas, y en su ejercicio litigó con éxito defendiendo víctimas del conflicto armado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; también litigó para la Asociación de Expresos Políticos y Torturados de Chile en Vancouver B.C., Canadá, donde permaneció exiliado por denuncias contra grupos paramilitares. . A Muñoz se le conoció como sinónimo de valentía, lealtad, honestidad y generosidad.
Algún día tal vez me dedique a consignar en un libro, otras anécdotas y poemas de este amigo del Pueblo (“Menein-Laos”), a cuya memoria le expreso mi más profundo y sincero agradecimiento y le digo de esta escueta manera, adiós.
ALGUNOS DE SUS AFORISMOS
Su mirada y su sonrisa sardónica, su cinismo socarrón, muy al estilo de Groucho Marx, nos mostraban un agnóstico jocoso, que ya estaba más allá del bien y del mal. Aquí algunos de esos aforismos que reflejaron su personalidad hilarante:
“La peor manera de vivir es vivir en los zapatos de uno mismo”.
Jugando con los nuevos síntomas del coronavirus, dijo:
“Acabo de perder el olfato...político”.
“¿De qué os preocupáis?, ¿Acaso desde hace unos 140 mil años el Planeta no viene siendo una tumba enorme?”
“Seamos fuertes…como el Coronavirus”.
“Voy a constituir una empresa de venta de cremas en medio de la Pandemia…le llamaré el Crema-torio”.
ANECDOTARIO
I
No era un secreto que tenía un corazón muy grande, como el de los sultanes de las Mil y Una Noches, e incluso estuvo casado por el rito musulmán con una mujer palestina. Su fama de conquistador que no respetaba fronteras, parece haberle dado el título a su libro de lirismos “Coordenadas Poéticas”. Algún día dijo jocosamente,
“le he servido al país con honorabilidad y entrega patriótica”.
Como esperando la respuesta de su amigo Gonzalo Buenahora, su némesis (Malahora-Buenahora), este comentó:
“Y entregas patrióticas de polvorete en el sur de la Florida”.
II
Cuando fungía como secretario del presidente de la República, D. Víctor Mosquera Cháux, se fue en una gira por varios municipios del Cauca, recogiendo las inquietudes de los ciudadanos, y a cada lugar que llegaba el presidente con su séquito, su ilustre secretario hacía con él el trabajo de orador. Ya llegando el fin de la jornada, el secretario estaba bastante alicorado. El presidente –dicen- tenía una querida afro en su gabinete. Malahora se sentó detrás de ella en el vehículo y empezó a acariciar su cuello y su osadía llevó su mano a esas “coordenadas poéticas” lejos de la mirada del mandatario. Al llegar a Mondomo, el presidente dijo: “bajemos por unos pandeyucas y dejen dormir a Jorge que tiene que hablar en el próximo pueblo”. Al regreso, el presidente Mosquera se sentó donde estaba la diosa de Ébano, y esta, al lado de Jorge. Jorge no se percató. Y empezó a poner su mano sobre la camisa, el cuello, pasó al pelo, y luego sutilmente empezó a acariciar el pecho del presidente… El presidente le daba palmaditas en la mano, y él le susurraba al oído, ideando la bella afro, “déjate, déjate”. Mosquera contaba la anéctoda: “y yo sentí una mano varonil y velluda entrando en medio de mi pecho, la tuve que agarrar con fuerza, y le dije al notar que era la de mi secretario: ¡Con que cacorrito!, ¿no?”. Dicen que la familia del presidente le hizo una cena en homenaje a Jorge, para agradecerle que le hubiera quitado el gusto por su amante. Y esta anécdota es conocida en todo Popayán.
ÚLTIMOS DÍAS DE MATEO MALAHORA
Vivía solo en su apartamento de Popayán, sin afanes ni angustias económicas, pero la soledad le carcomía el alma que le desbordaba, idea de la que como agnóstico siempre dudó.
En los días de Pandemia, escribió:
“El Altísimo no se ha preocupado por la especie humana, y anda, dicen de buena fuente, tratando problemas más importantes en otras coordenadas astronómicas”.
Como anticipando su partida, también dijo hace pocos días:
“Mi vecina Dalila apareció y me dijo: ¿Que será mejor, morirse de virus o de aburrimiento?”. Y tal parece fue lo que le sucedió.
POETA
Fue autor del libro “Coordenadas Poéticas” con el que obtuvo el premio Ubevista Eduardo Sifontes en la Universidad Bolivariana de Venezuela (2009). Miembro de la ACE - Asociación Caucana de Escritores desde 2012. Algunos de sus últimos versos:
I
Venid a verme,
como yo hay miles en las calles,
sin abrigo, sin techo, sin comida:
esta noche me galardona el hambre,
la miseria, el infortunio y la indigencia.
Un trofeo sin par que me dará el Estado,
me encontrarás con banderas de lucha
mis vecinos no resistieron, ya murieron,
y yo estoy esperando que la pálida ilumine
las tareas que les dejaron a mis hijos en la escuela.
Venid a verme, esta noche me galardona el hambre.
II
Amiga,
solo cuando seas libre
entenderás el mensaje del aire
del vuelo de los pájaros y sus cantos
serás la dimensión exacta de esas alas
que fragmentan las barreras del viento
Para esos tiempos no tendrás cadenas
enlazadas, ni al vórtice del tiempo
y te crecerán alondras en las manos
Serás la indócil verdad, mi encendida bandera,
la proa viajera que se funde en la mañana
o el mástil de los barcos buscando nuevos puertos.
III
Mi padre era creyente
me llevaba a la iglesia,
le gustaba escuchar, oír,
música eterna los domingos,
la voz profética del evangelio,
temprano alzó su vuelo trasparente,
guardaba la esperanza de llegar al Cielo
sin tener que morir y agonizar primero.