La huella de destrucción ecológica del conflicto armado ha dejado a Colombia con un gran desafío: la biodiversidad del país pide un alto en el camino. En estos tiempos de paz, un mejoramiento de las condiciones de la flora y fauna que hay en el territorio, y de los habitantes, que se benefician de las grandes riquezas que brinda la madre tierra, es vital.
La deforestación para la ampliación de los cultivos ilícitos, el crecimiento de la minería legal, la siembra de minas antipersonas, han afectado tanto el concepto de territorio como el contacto e interacción con él. El proceso de paz tuvo en cuenta, como lo indica, Arnaud Peral de Naciones Unidas que "el medio ambiente es fundamental para la reconciliación y la estabilización en diferentes lugares del mundo en situación de posconflicto. En Colombia, un país tan diverso, cultural y biológicamente hablando, es más que necesario"...
Aún así es importante precisar que los grupos al margen de ley no son los únicos que han generado esta problemática, sino también la ganadería extensiva y las empresas privadas y extranjeras, que ponen en juego el bienes de un ecosistema y de toda la sociedad colombiana. Si bien el conflicto ha generado un sin fin de daños materiales e inmateriales, en cierta medida también ha protegido partes de la selva y bosques colombianos.
La naturaleza brinda todo para que el ser humano pueda vivir, por eso este es un tema clave para la paz, para reconciliarnos con ella. Este desafío no solo depende de los campesinos, indígenas, ambientalistas y organizaciones dedicadas a la protección del medio ambiente, es un problema de todos. Se debe cuidar lo que nos da la vida.
El Amazonas, la Macarena, Córdoba, la Guajira, el Orinoco, el Río Sinú, el Magdalena, entre otras zonas del país, piden una reconciliación entre la naturaleza y el hombre. Esto, para llegar a tener un posconflicto exitoso, en términos no solo del gobierno y las FARC, sino de toda la sociedad. Es importante contribuir a mejorar el medio ambiente para que esta sociedad y la que viene con su nueva generación pueda disfrutar y beneficiarse del paraíso llamado naturaleza.