Mucho se hablaba de sus amores. En sus años mozos Julio Iglesias se llenaba la boca presumiendo de sus dotes de conquistador. La revista Maxim armó un listado de los diez hombres con más amantes en su vida y el español ocupó el cuarto lugar con tres mil mujeres. Lejos de desmentirlo, el cantante aseguró que en los años setenta no subía a un escenario sin hacer el amor. Otra de sus perlas fue haber asegurado que cuando tenía 24 años hacía el amor tres veces al día. Hasta las periodistas que han tenido oportunidad de entrevistarlo dan cuenta de su coquetería. En 2003 no le importó estar en un programa en vivo, ni ser un hombre casado, para saludar a la diva argentina Susana Giménez con un beso en la boca.
La portuguesa María Edite Santos corroboró por sí misma los dotes de conquistador de Julio. Fue a mediados de los años 70 cuando lo conoció. Estaba recién llegada de Portugal y empezaba a abrirse camino como bailarina en un club de la Costa Brava. Fue ahí donde se cruzó con el cantante que, para entonces, era una estrella en ascenso. Julio se presentó como un hombre soltero sin ningún tipo de compromiso. Omitió el detalle de que estaba casado con Isabel Preysler. Los amores entre ambos duraron algo menos de un mes, tiempo que tardó María Edite en enterarse que se estaba metiendo con un hombre casado.
Sin embargo, de la fugaz relación, que no pasó de ser más que un amor de verano, quedó un hijo. Javier Sánchez Santos, que hoy día tiene 42 años, acaba de ser reconocido por un juez español como el noveno hijo del cantante. La lucha que emprendió junto a su madre, desde 1990, les dio la razón. El juez tuvo en cuenta el evidente parecido físico con el cantante, como también la negativa de este a practicarse una prueba de ADN para corroborar si son padre e hijo. Sin embargo, María Edite y su hijo apenas han ganado una batalla, pero no la guerra. La defensa de Julio Iglesias argumenta que por tratarse de cosa juzgada el juicio no podía repetirse. Esto, teniendo en cuenta que hace 30 años hubo un primer fallo a favor del cantante.
La principal diferencia es que, en este segundo intento por ser reconocido como hijo de Julio Iglesias, Javier y su madre tienen una prueba de ADN que fue tomada con muestras de otro de los hijos del cantante. El resultado arrojó un 99,9% de compatibilidad. Si en segunda instancia vuelve a ser reconocido como hijo de Julio Iglesias, podría usar su apellido. También tendría derecho al mismo porcentaje que los otros hijos del cantante sobre su herencia cuando este muera. No obstante, tanto María Edite como Javier han asegurado a medios que esta batalla no es por dinero, sino por honor. “Si se tratara de dinero, no hay cifra en el mundo con la que pudiera pagarme el daño de tantos años” aseguró la mujer durante una entrevista.