Después del lamentable hecho que ocurrió en el estadio Manuel Murillo Toro, en el que uno de los hinchas del Tolima ingresó a la cancha y agredió por la espalda al jugador de Millonarios, Daniel Cataño, hartas fueron las imágenes que se viralizaron en las redes sociales. El golpe fue protagonista, por supuesto; pero de la misma manera la reacción de los jugadores de ambos clubes, intentando hablar con al arbitro para saber si el encuentro se llevaba a cabo o no, también se hicieron virales.
Aquí les dejo toda la secuencia del bochornoso momento que empañó la fiesta en el Manuel Murillo Toro. Si bien podemos ver que Cataño segundos antes provoca a la hinchada nada justifica este tipo de agresiones. #Tolima vs #Millonarios. pic.twitter.com/vBvwuB8LqN
— Jp Soto (@SoyJpSoto) February 13, 2023
Y es que la situación fue inesperada tanto para los jugadores de Millonarios como del Tolima; y después de meditarlo entre todos, finalmente tomaron la decisión de no jugar el partido y posponerlo. Sin embargo, en medio de las discusiones había alguien que sí quería jugar el partido, o al menos eso dejó saber con sus palabras.
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Fue el técnico Alberto Gamero quien propuso que se llevara a cabo el encuentro, solo si Wilmar Roldán, el arbitro, le quitaba la tarjeta roja a Daniel Cataño. Recordemos que el mediocampista, después de recibir la agresión, también arremetió contra el hincha por lo que fue expulsado. Sin embargo, a la propuesta de Gamero varios de los jugadores de Millonarios se negaron, sobre todo el defensor Andrés Llinás y Mackalister Silva, quienes aseguraron que no habían garantías para su seguridad.
Que si Llinás me representa? pic.twitter.com/XlNLCCzhRN
— Rodrigo Andrés (@Cafuanro) February 13, 2023
Y se fue! pic.twitter.com/R5seCvx4A2
— Rodrigo Andrés (@Cafuanro) February 13, 2023
Así las cosas, Alberto Gamero quedó solo en su idea de querer jugar el partido en el Manuel Murillo Toro, y todos sus jugadores se fueron a los camerinos sin prestar atención a sus pretensiones. Y si bien la desobediencia de los jugadores no fue tan notoria, sin duda quedó el precedente del poco poder que tiene Gamero sobre los futbolistas de Millonarios.