Ayer durante todo el día Pautips fue tendencia. En este video anunciaba, entre lágrimas, que se retiraba de las redes sociales, víctima de una depresión.
A todos nos dio lástima, debe ser duro no tener vida privada, vivir todo el tiempo en un fucking reality, no ser nunca uno y siempre tratar de ser lo que esperan los demás.
La bogotana de 24 años se iba de su hogar, Los Angeles, y regresaba al país, así que de esta manera se retiraba de las redes:
Por supuesto que la jugada funcionó: en un día tiene 4 millones de reproducciones. Sin embargo veinticuatro horas después, presa de una adicción que azota a los jóvenes por ser famosos publicó este video en donde aclara que no se retirará de las redes y acusa a los medios de agrandar sus problemas:
Seguramente dentro de unas semanas recomendará las pastillas de algún doctor misterioso que le arrancaron la depresión o enseñará una nueva técnica para tener un abdomen perfecto. Es increíble que esta gente sea consejera espiritual de los muchachos hoy en día. Son famosos porque sí, no tienen ningún talento, ¿de dónde salen?
Lo grave es que con la pataleta que publicó ayer en donde anunciaba su depresión afecta a los que verdaderamente padecen esta terrible enfermedad. ¿Qué van a decir los mayores?, ¿que no hay muchachas deprimidas sino maleducadas y que la tristeza se quita a punta de correa?
A mi juicio todo lo hacen por clicks: salir del closet, anunciar una depresión o un suicidio se volvió un ritual no para desahogarse sino para obtener audiencia.
¿Quién le va a creer a Pautips después de alborotar de esa manera el avispero de las redes? ¿Quién va a creer que su vida no es perfecta? ¿No se cansan de estos farsantes de YouTube?