Una vez más se hunde en el Congreso —afortunadamente— la intención de eliminar el voto preferente y conformar listas de partidos cerradas y bloqueadas para Congreso, Asambleas y Concejos, siendo una de la tantas que se ha intentado para supuestamente depurar el sistema electoral, cuando no se entiende por ninguna parte cuáles serían sus beneficios.
Esta semana, la plenaria de la Cámara —dada la importancia y trascendencia del tema— discutió de manera presencial y no virtual este proyecto de acto legislativo, como lo recomendó la sentencia de la Corte Constitucional, en donde una y otra vez, con el mismo discurso repetitivo y casi confuso del fortalecimiento de los partidos, se esgrimen las supuestas bondades de la lista cerrada como único mecanismo de elección de este tipo de cuerpos colegiados en Colombia.
Pero lo cierto es que la lista cerrada despersonaliza el sufragio, anula la figura de los candidatos y reduce los comicios a elegir partidos como si fuéramos autómatas o simples hormigas detrás de un colectivo. Esto acaba con el debate entre candidatos y el elemental derecho de votar por personas.
La ponencia mayoritaria —suscrita entre otros por el representante de Cambio Radical José Daniel López— es “generosa” al permitir por última vez el voto preferente en las elecciones al Congreso en el año 2022, pero eso si aclara que si en ese año se opta por la lista cerrada el partido tendrá como “premio” el doble de la financiación estatal, lo que no es más que un “sí” o un “sí” para quedarse con este tipo de lista, porque es evidente que los partidos querrán hacerse a estos recursos adicionales que entrega esta reforma.
El exabrupto de la iniciativa generó una proposición de archivo —suscrita por quince representantes de diversos partidos— que encendió un candente debate en la plenaria, pero que finalmente fue aprobada con una amplia mayoría, en donde el representante liberal Alejandro Chacón advirtió que las listas cerradas le dan el poder a los gamonales de manipular el orden de los candidatos en la lista, mientras que el representante del Polo Democrático Jorge Alberto Gómez, advirtió que la lista cerrada desmotiva la participación electoral, porque los candidatos que queden desde el segundo renglón para abajo, no van a hacer tanto proselitismo al saber que solo se va a beneficiar casi solo el primero o primeros de la lista, corriendo incluso el riesgo que los partidos no alcancen el umbral exigido en cada elección.
Esta ponencia mayoritaria incluyó una pasada propuesta del representante Germán Navas Talero, en el sentido de que los candidatos a la Cámara de la media Colombia o antiguos territorios nacionales que ocupen el primer lugar en las elecciones pasen de manera automática a ocupar una curul en el Senado, dejando a cada uno de estos departamentos con una de la dos curules que les entrega por derecho en Cámara la Constitución Política de Colombia.
Esta “rebuscada” propuesta tiene enormes repercusiones en la representatividad de la Amazonia y la Orinoquia, porque a nadie le cabe en la cabeza que un departamento se pueda “defender” con una sola curul en la Cámara y con el “avaro” principio que si se les da una curul en el Senado esto no debe acarrear ningún costo fiscal adicional al Estado, como si no tuviera ninguna importancia que estas dos regiones ocupan más del cincuenta por ciento del territorio nacional y que aportan a nivel nacional el 80 por ciento de la producción de hidrocarburos.
A buena hora la plenaria de la Cámara no aprobó este proyecto de acto legislativo, aún más cuando los representantes coincidieron en que una reforma política necesita no solo de la participación y el consenso no solo de cada una de la bancadas del Congreso, sino además de los diferentes sectores sociales de cada uno de los departamentos, que desde antes han manifestado su total rechazo a reducir nuestra democracia a listas cerradas y bloqueadas.
Una interesante propuesta del representante de Arauca José Vicente Carreño sería definitiva en resolver este problema de ausencia de representatividad de estos departamentos en el Senado, que consiste en que la circunscripciones nacional y especial aporten 90 senadores, y se les adjudique por circunscripción territorial dos curules a cada uno de los nueve departamentos de la Media Colombia —se equipara a las dos curules que tiene cada uno de estos en la Cámara— sin afectar entonces las 108 curules que la Constitución ha asignado al Senado de la República.
Coletilla. En esta plenaria del pasado miércoles 4 de noviembre, en donde se hundió el “monopolio” de las lista cerradas y bloqueadas, se presenció un malestar notable en la salud del talentoso representante nortesantandereano Alejandro Chacón, quien posteriormente se hizo la prueba del COVID-19 que lamentablemente salió positiva.
Esto dejó en un relativo riesgo de contagio a los congresistas que asistieron a esta sesión en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional —no sin antes aclarar que se tomaron todas las medidas de bioseguridad, no asistieron de manera permanente más de 50 personas y se rotaban cuando los 172 representantes que necesitaban votar en el mencionado sitio—, lo que ha demandado la toma de la prueba a cada uno de estos legisladores y funcionarios de la corporación, como también la entrada en cuarentena obligatoria y el retorno de la sesiones virtuales.
Dios quiera que todo salga bien.