Se fue Miguel López, el quinto rey Vallenato, pero nos dejó su legado

Se fue Miguel López, el quinto rey Vallenato, pero nos dejó su legado

Miguel Antonio López Gutiérrez, más conocido como Migue López, acaba de hacer tránsito hacia la eternidad para acompañar en lo alto a otros tantos reyes vallenatos

Por: Carmelo Antonio Rodríguez Payares
septiembre 21, 2023
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Se fue Miguel López, el quinto rey Vallenato, pero nos dejó su legado

Nunca he entendido muy bien el por qué cuando uno está enamorado casi todas las letras de las canciones “le salen” y me sucedió con un vallenato por allá por los lejanos tiempos de los años ochenta en mi natal pueblo de El Bagre, cuya primera estrofa dice así, con inspirado acento: “Voy a buscarme un cariño que no se parezca al tuyo pa' podé olvidarte ¡Ay! para no dejarteee que tú acabes conmigo”.-

Razones tenía un amigo de la época cuando me aconsejó escucharla para ver si así se me salía la traga por aquella mujer que hoy debe andar por las calles de la ciudad de Bucaramanga, casada y con tres hijos sin saber que hoy vuelve al ruedo en virtud a que el acordeonero que le dio vida a esa bella canción, Miguel Antonio López Gutiérrez, más conocido como Migue López, acaba de hacer tránsito hacia la eternidad para acompañar en lo alto a la voz que eternizó esta composición de Emiro Zuleta Calderón, a quien apodaron como el cantante desconocido porque desde que salió de La Paz, su pueblo, se fue a vivir a Bogotá en donde hizo su vida.-

Ah, se me olvidaba decir que la voz de esa canción la hizo el Jilguero de América, Jorge Oñate y desde entonces cada vez que la escucho siempre me remito a los recuerdos de una tarde soleada cuando iba camino a un bañadero muy popular en mi tierra conocido como Villa Chica.- Fue mi hermano Jhonnys el que me informó sobre el suceso del maestro Migue.- “Acabo de ver la noticia de la muerte de Miguel López, en Valledupar.- 84 años”, leí en su mensaje y me devolví a esos hermosos tiempos.-

Si al autor de la letra de Razón y olvido, que es como se llama la canción, le decían el cantante desconocido, a su intérprete le decían el “Rey vallenato mudo” por el simple hecho de obtener la corona del Festival de la Leyenda Vallenata, sin acompañar el acordeón con su propia voz y dejar esa responsabilidad en la garganta de Jorge Oñate, quien además tocaba la guacharaca, relatan los que estuvieron aquella noche de abril de 1972 en el 5° Festival Vallenato cuando las notas de este grande del acordeón se alzó con el trofeo.-

Él mismo lo contó al decir que ”Es que estaba el joven guacharaquero y cantante Jorge Oñate, quien me acompañó y no se podía desaprovechar esa ventaja. ¿Con ese mampano para qué iba a dar a conocer mi voz? No hacía falta”, respondió López en aquel momento al cronista Juan Rincón Vanegas.- “Es igual que si Jorge Oñate se hubiera puesto a tocar acordeón al lado de Miguel López, no tenía absolutamente nada que hacer, Migue tampoco podía ponerse a cantar al lado de Oñate”, remata la nota periodística.-

La noticia escueta, leída en un diario de la ciudad de Valledupar decía que Miguel López Gutiérrez falleció a sus 85 años en Valledupar, la madrugada del martes, luego de recaer de sus quebrantos de salud que lo afectaban desde agosto producto de una fuerte bronconeumonía.- Tuvo 12 hijos, entre estos, Álvaro López, también Rey Vallenato y Rey de Reyes, y Román, primer acordeonero de Silvestre Dangond. Miguel Antonio López Gutiérrez nació en La Paz - Cesar, el 5 de enero del año 1938, en el hogar formado por Pablo López y Agustina Gutiérrez. –

Este mensajero de las buenas letras vallenatas era un digno perteneciente de la Dinastía de "Los Hermanos López”, quienes por muchos años se mantuvieron en el primer lugar en el gusto de los buenos seguidores de este folclor al que la Unesco declaró como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el año 2015 en Namibia, África, así muchos insistan en hacer el ridículo con unas letras que no alcanzan a limpiarle los botones a un acordeón.-

Antes de viajar a la eternidad, Miguel López dejó algunas declaraciones de las que guardo las siguientes: “El cantante primero que yo tenía era Dagoberto López, primo mío, papá de Navín. Era cantante, pero se lo llevaron a Santa Marta a trabajar en una licorera. Entonces vi a Jorge, que estaba en una banda musical aquí en La Paz, y se presentaba en parrandas. Me oía el acordeón y le daba, y dije: “Ese pelado, parece que va a cantar”, y vean en lo que vino a parar quien es considerado como de las mejores y más grandes voces dentro de la discografía vallenata.-

Parece que me perdí del origen de esta nota que era la canción por la cual llegué a la historia del acordeonero Miguel López.- Resulta que su autor conoció a una mujer que le trastocó la existencia.- Se llamaba Judith Toro. “La conocí cuando al tercer año de mis estudios, en el Instituto me contrataron para dictar clases de mecanografía y taquigrafía. Era mi alumna y era la misma cara de Elizabeth Taylor, con unos ojos verdes, una niña bellísima, menudita, impresionante. Era el amor de mi vida. Un amor absolutamente platónico”.-  A ella, Emiro Zuleta le hizo Barranquillera, un paseo que nunca fue grabado y que sólo él conoce.-

Lo que pasaba, dijo una persona que conoció los detalles de esta incierta relación era que el maestro Emiro quería tener como madre de sus hijos a una mujer muy especial, con una familia diáfana como la de él. Con unos papás amorosos, iletrados, pero fantásticos. Cuando el amor con Judith no se concretó e intentó inventarse múltiples excusas por ese hecho, Emiro compuso Razón y olvido, que más adelante dice así: “Y si algún día yo te logro olvidar que nunca más me acuerde yo de ti no te aconsejo que vuelvas a mí porque hasta te podría causar el mal”.- Es que la letra dice cosas como estas: “Hoy siento mucho dolor
al decirte muchas cosas pero son razones que suele tené un hombreee
para cambiar de amor. Y lo mejor de todo es terminar
quizás tú misma me halles la razón, si entre los dos nunca existió el amor dejémonos de tanta falsedad.-

El otro legado eterno que Miguel López le dejó al Festival de la Leyenda Vallenata tiene que ver con la aplicación de los solos de caja, guacharaca y acordeón a la hora de interpretar la puya, que fueron dados a conocer por este insigne acordeonero que esta semana partió a la eternidad, como lo acaba de hacer otro grande como Fernando Botero Angulo y sus cuadros y esculturas llenas de belleza y poesía.-

Y para terminar, así acaba la canción que nos ocupa este sábado lleno de nostalgias:

“Hazme entonce' un funeral

pa' que entierres mi cariño donde tú lo quieras,

porque de to'as maneras yo te voy a olvidar

y una leyenda le puedes dejar

en la que diga sin tener temor,

en este sitio se quedó un amor,

que se acabó por tanta falsedá".

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