¿Se extinguirá la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad Distrital?

¿Se extinguirá la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad Distrital?

Están a un paso de concretar el fraudulento e ilusorio traslado de cinco proyectos curriculares de la Facultad de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la U. Distrital.

Por: Jhon Sebastian Sierra Garnica
mayo 25, 2017
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¿Se extinguirá la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad Distrital?
Foto: Facultad de Medio Ambiente y Recursos Naturales U.Distrital

¿Cuál es la historia detrás de la fragmentación de la única Facultad con este énfasis en Latinoamérica?

La educación superior colombiana y en particular la pública ha sufrido la más penosa crisis debido al abandono presupuestal por parte del Gobierno Nacional y Distrital. Un claro ejemplo de esta política estatal de desfinanciación son los cerca de $16.1 billones que al día de hoy el Gobierno adeuda a las 32 universidades públicas, además de los intentos de reforma a los programas educativos que en ninguno de los casos velan por calidad, investigación y ciencia, sino que por el contrario, agudizan tan crudo panorama e imponen una única salida: un proceso escalonado hacia la privatización, hecho que convierte el derecho a la educación en un servicio de privilegios económicos.

La Universidad Distrital no es ajena a los deseosos y malintencionados ojos de los Gobiernos Peñalosa y Santos. Tanto así, que para el 2014 el aumento de la base presupuestal llegó a un 0%, lo que significó: que entre el 2013 y 2017 se haya perdido capacidad de compra en más de $ 88 mil millones, que en esos mismo 4 años solo se haya aumentado en un 2,4% el rubro destinado a inversión y que hoy la universidad tenga que disminuir la planta docente de vinculación especial, tener laboratorios empobrecidos, un déficit de espacio por estudiante de 6,33 mt2 y que las sedes presenten problemas en su infraestructura, si no es que algunas ya están cayéndose como la Facultad de Artes (ASAB), pero la población estudiantil aumentando cada semestre.

En este contexto, la solución planteada por parte de los —no tan diferentes— gobiernos de Gustavo Petro y Enrique Peñalosa fue girar algunos recursos a la UD, con los cuales se dota de un nuevo edificio a la Facultad Tecnológica y se construye la nueva Sede Bosa el Porvenir. Pero no son más que intentos para tapar el sol con un dedo y tras bambalinas ampliar cobertura, mientras las condiciones mínimas para educar se deterioran progresivamente debido a las políticas tradicionales de los gobiernos tradicionales. Y el Rector (E) Carlos Javier Mosquera les rinde pleitesía hablando en el Concejo de Bogotá sobre su gran gestión administrando la crisis histórica de la Distrital.

Claro ejemplo de ello es Bosa el Porvenir: una nueva sede que entraría en funcionamiento en agosto del presente año, cuyos fines son ampliar cobertura con la apertura de cuatro nuevas carreras y disminuir el déficit de espacio trasladando cinco carreras de la Facultad de Medio Ambiente Y Recursos Naturales (FAMARENA).

Todo inició cuando el CSU (órgano compuesto entre otros por el Rector y delegados del Gob Nacional, Gob. Distrital y sector productivo)  definió sin consulta y estudio alguno el traslado, lo que se convierte en una decisión política incorrecta que va en contravía de los verdaderos intereses misionales de la Universidad, causando de entrada la fragmentación de la única Facultad en Latinoamérica que desarrolla el énfasis en el campo de las Ciencias Ambientales bajo esa unidad académica.

Por otro lado el rector de la UD se ha dedicado a presentar avances y realizar visitas tratando de deslumbrar a la comunidad académica con la estructura física de la nueva sede. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que para poder educar no solo se necesita de una sede amplia, sino se requiere principalmente de presupuesto, planta docente de tiempo completo y laboratorios equipados. Cabe aclarar que dichas condiciones serían las mínimas esperadas y que ante la magnitud de la crisis, incluso surge la duda de si realmente existen.

Para el caso del presupuesto fijo es fácil entender lo que sucede con un ejemplo cotidiano: si una familia está conformada por 5 individuos y los ingresos percibidos son de $50 mil, lo que a cada uno le correspondería son $10 mil, pero si llegara un sexto individuo se tendría o que aumentar los ingresos o redistribuirlos. Ese es el mismo caso de la UD cuando la población actual es de 26 mil estudiantes, pero la infraestructura actual solamente alcanza para 11.656.

Otra opción sería que cada carrera trasladada se lleve consigo su presupuesto a la nueva sede, pero los gastos, primero no permanecen constantes en el tiempo y segundo son más altos cuando la infraestructura es más grande. Por ejemplo, el valor pagado por servicio de luz no será igual para quien paga una habitación que para quien paga la casa entera. Ahora, si no hay presupuesto fijo, menos planta docente de tiempo completo cuando el 61,16% de los docentes de la FAMARENA son de vinculación especial, quienes laboran en más Instituciones de Educación Superior para tener un mínimo sustento, además que dicho porcentaje va en contravía de los indicadores del Sistema de Universidades Estatales (SUE). Si no hay presupuesto para funcionamiento, ni para docentes mucho menos para laboratorios dado que el rubro correspondiente es el de Inversión y como se mencionó, en los últimos 4 años su crecimiento ha sido tan bajo que ni sirve para mejorar los existentes, ni para adquirir nuevos.

Por último, las carreras que se pretenden crear no han sido consultadas con la comunidad de Bosa, no tienen estudios y entran en condiciones aún peores que las carreras del traslado, en tanto que nacen sin presupuesto alguno y con solo dos docentes de planta por cada proyecto curricular, incumpliendo de manera exorbitante el mínimo de calidad dado por el SUE, introduciendo el regresivo Sistema Nacional de Educación Terciaria, e imponiéndoles estudiar lo que sea pertinente para el mercado de la localidad sin posibilitar que nuevas oportunidades lleguen a los jóvenes curiosos por la ciencia y el desarrollo de la nación.

En conclusión, no solo no existen las condiciones mínimas para realizar un traslado y creación de carreras, sino que además la UD al igual que la educación pública, exprime sus últimas gotas para el jugo que se ha venido haciendo de esas políticas absolutamente desfavorables para nuestro país impuestas por los mismos que nos han mal gobernado por los últimos 27 años. El Rector (E), consecuente con ellos, se convierte en uno más de esos que impiden -para este caso- que Colombia pueda salvarse de los problemas ambientales,  porque están acabando con la posibilidad de que los jóvenes puedan acceder a una educación pública, científica y de calidad, que les permita servir a la nación en la gestión ambiental. Ante ello, así como los ríos cambian la geografía del país, los ríos de gente podremos cambiar el desastre que históricamente han hecho los mismos con la educación en Colombia.

 

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