El emblemático Altavoz Fest, es una iniciativa de la Alcaldía de Medellín junto a la Secretaría de Cultura que desde el 2004 han impulsado este espacio para visibilizar la escena musical del valle de Medellín. En la versión del 2019 quedaron como una iniciativa “ecofestivalera” que además de hacer sonar las voces de Medellín también “promovían cultura ambiental”. Paradójicamente este año en su versión virtual no se tuvieron en cuenta los permisos de las autoridades del Área Metropolitana del Valle de Aburra para realizar el evento en El Cerro del Volador, área urbana protegida y patrimonio histórico y natural de la nación.
Jeferson Banquera codirector del Altavoz confirmó que continuaban con Ciudad Altavoz con transmisiones en vivo desde el Cerro El Volador y el Parque Norte y según la alcaldía de Medellín se llevaron a cabo conversaciones con la Mesa Ambiental de la comuna 7, donde “se realizó un proceso de revisión de las medidas ambientales que asegurarán que la transmisión de Ciudad Altavoz no genere impacto en la fauna y flora del Ecoparque Regional Cerro El Volador.”
Sin embargo, la contaminación auditiva que las condiciones del festival generarían irremediablemente causarían perturbaciones en la fauna del lugar: los criterios técnicos obligatorios reglamentaban no exceder los 55 decibeles al día, lo cual era imposible para los instrumentos de percusión que generaban más de 100 decibeles. Además, tendría afectaciones indirectas sobre las especies vegetales que dependen de otros animales para la dispersión de semillas.
Semanas antes Nicolás Ossa Moreno, salvaguardas del cerro y miembro de la Mesa Ambiental de la Comuna 7, lideró la manifestación en contra de la realización del festival en el Cerro. Sin embargo, el mismo 31 de agosto la tarima de 10x10 metros se encontraba instalada y lista para trasmitir desde la terraza del lugar.
Sopesar los impactos de la contaminación auditiva de los Festivales es una obligación jurídica y en este caso desde el momento cero de la planificación del evento no hubo un estudio precio sobre cuidado de fauna para el montaje del escenario. Bajo el condescendiente argumento de haber “escuchado a la ciudadanía” la secretaria de cultura Lina Gaviria y la Alcaldía de Bogotá redujeron la locación del festival en el Parque Norte, lo cual implico el desmonte del escenario el mismo día de la inauguración. Solamente el costo del montaje de tarimas para conciertos varía entre los 475 y lo 1.120 euros, la improvisación de la alcaldía de Medellín habrá que tener que sobrellevar los costos del desmonte que no son menos que lo que lo implica montarlo.
La problemática, aunque solucionada a la fuerza, abrió las discusiones frente a la campaña de la Alcaldía de Medellín, criticada de improvisar con el recurso público de la ciudadanía.