Aunque para las presidenciales el Centro Democrático ha obtenido porcentualmente la mayor votación del país, eso nunca se ha traducido en las regionales, pues desde su creación como partido sus candidatos en Norte de Santander quedan en tercer o cuarto lugar. De hecho, solo tienen un concejal en Cúcuta, que es el minoritario de 19, un asambleísta que la Procuraduría sancionó e inhabilitó hace pocas semanas, el representante con la más baja votación de la región. Ah y no tiene senador.
El revés más grande que está viviendo el Centro Democrático en Norte de Santander es que pensaba hacer alianza con el Partido Conservador para darle conjuntamente el aval a Juan Carlos García Herreros como candidato a la Gobernación de Norte de Santander, jugada que no pudieron concretar.
¿Por qué no pudieron concretar la jugada?
Porque el Directorio Nacional Conservador decidió dar el aval, en una votación ampliamente ganada, a Silvano Serrano, argumentando que Silvano tiene especialización en gerencia de proyectos, es magíster de la Universidad Externado, tiene estudios en doctorado y se ha destacado en temas académicos y de liderazgo en el departamento, mientras que en la hoja de vida de García Herreros lo que más pesaba es que comercializó vehículos y tuvo un hermano gobernador.
¿Qué hicieron entonces?
El Centro Democrático, en contravía de sus principios y estatutos, en el último día de inscripción trajo a García Herreros al partido y lo oficializó como candidato a la gobernación, lo que fue rechazado de manera tajante por líderes reconocidos del uribismo históricamente como el ingeniero de petróleos Segundo Antonio González o el médico Ramiro Luna, quienes desde hace meses venían cumpliendo los pasos y requisitos para lograr el aval de este partido.
¿Qué argumentaron los pre candidatos Luna y González?
Tanto el dirigente Ramiro Luna como el líder Segundo Antonio González rechazaron que García Herreros “cayera en paracaídas el último día de inscripción al partido, sin haber pasado por un proceso ni haber estado vinculado al Centro Democrático”, y quienes se encargaron de esa jugada fue Milla Romero, mano derecha de Uribe en la región y a quien culpan de la fragmentación que vive el partido en Norte de Santander.
En las últimas horas, se conoció que esa estrategia que aplicaron con el aval a la gobernación la están aplicando en varios municipios, pues diferentes precandidatos han renunciado porque aducen manipulación en la entrega de avales, la última noticia fue la de hace unas horas cuando el líder natural del senador Uribe en Pamplona, Jorge Alirio Carreño Cortés, declinara de su aspiración a la alcaldía porque “al igual que otros procesos que se han surtido en el departamento esto es manipulable y no pretendo dejarme manipular ni permitir que armen conmigo un show” y renunció a su proceso apartándose del partido.
Se cuenta, entre voces en Norte de Santander, que para la Alcaldía de Cúcuta las cosas no son diferentes, pues el ungido, con la ayuda de Milla Romero, al parecer es Iván Gélvez, el polémico empresario acusado en el pasado por tener vínculos con los paramilitares, y que hay una guerra interna para que Carlos Jaimes y Jairo Yáñez, también precandidatos, renuncien a su aspiración.
Lo que hasta el momento es seguro es la división que el Centro Democrático vive en Norte de Santander y, según expertos, será la caída más estruendosa porque no lograrán consolidar cargos importantes más allá de un posible concejal en Cúcuta y en algunos municipios de rango medio y bajo en el departamento. Con este panorama se desbarata el Centro Democrático con miras a las elecciones del próximo 27 de octubre.