Este texto puede llegar a parecer una reverenda utopía totalmente descabellada y fuera de lugar, y realmente puede ser, pero no está de más atisbar un poco la realidad de una América Latina integrada.
En mi opinión, la situación de pandemia actual que estamos viviendo nos está demostrando —de la peor forma posible— que América Latina, tal cual como la conocemos hoy (es decir, separada), no está haciendo un buen frente a la situación sanitaria. Es menester de mi parte destacar que no se trata de lo bien o mal que se actúa en materia hospitalaria, sino lo que está pasando en cuestión de adquisición de vacunas contra la COVID-19.
Creo que nadie desconoce que América Latina es demasiado rico en recursos tanto naturales como económicos, y a pesar de que existe una variedad de países con un buen desarrollo socioeconómico la comunidad internacional no vuelve sus ojos hacía este lado del globo.
Así pues, vemos que, ante la gran crisis sanitaria, diversos países que conforman a la América Latina van cada uno por su lado en cuestión de adquisición de vacunas, lo cual deja a otros países de la región muy mal parados, en vista de que no cuentan con suficientes recursos para tener un plan de importación de vacunas y material sanitario.
Para mí es importante replantearse el tema de la integración en un solo cuerpo de América Latina, claro está, no será igual a como en su momento lo planteó el libertador Simón Bolívar. Esto es al más vivo ejemplo de los Estados Unidos, es decir, varios países integrados y un solo gobierno para todos. Más bien se debe plantear desde una perspectiva económica, es decir, una integración de fondos, que le permita a todos los países de la región adquirir recursos en los mercados internacionales de manera igualitaria.
Un buen ejemplo de integración ha sido por mucho tiempo la Unión Europea, que como lo hemos visto alrededor de los meses ha comprado de manera unánime varios miles de dosis de vacunas. Además de ser una integración que tiene a nivel económico una de las mejores economías y una de las monedas más fuertes, el euro.
Es posible que, como lo mencioné al principio, parezca una utopía pensar en una integración económica de los países de la América Latina, y en parte es una realidad, debido a que en el hipotético caso en que esto se dé es muy probable que la moneda igualitaria que se adopte carezca de inversores y de personas que quieran ahorrar con la misma, lo cual causaría una devaluación de proporciones históricas en materia económica, teniendo como consecuencia una cruenta situación de pobreza, y de iliquidez económica.
Ahora, en caso de que se quiera plantear este escenario por parte de los gobiernos de la región, creo que será necesario esperar el momento necesario para tomar esta volátil decisión, son cosas que no se pueden tomar a la ligera, debido a que puede llegar a causar consecuencias catastróficas para los países pertenecientes a esta parte del continente.