El gobierno de Iván Duque alardea frente a los medios de comunicación diciendo que ha retirado la reforma tributaria y luego sale su ministro Carrasquilla presentando la renuncia; esto no ha puesto solo en evidencia la fuerza de poder popular, sino también las luchas que aún nos quedan por dar en el marco del paro nacional. Estamos claros con que este, no debe concentrar sus esfuerzos únicamente en tumbar reformas, pues las problemáticas que bordean el país siguen siendo muchas y concentran una preocupante profundidad: fracking, detrimento del sistema de salud, pensión y educación, enriquecimiento de la banca en tiempos de pandemia, el asesinato de líderes sociales y ambientales, entre otras miles de problemáticas.
Es que con el pasar de los días se confirma aún más que en Colombia vivimos en una dictadura, que utiliza los mal llamados “héroes de la patria” para en nombre del fascismo llenar las calles con sangre de los hijos de este pueblo, que lo único que están pidiendo bajo el legítimo derecho a protestar es un país más justo, donde se pueda vivir dignamente en paz y justicia social.
No podemos seguir permitiendo que este gobierno siga siendo insensible, que siga negándose al diálogo, que actúe a favor de una violencia armada, de un terrorismo de estado que ya no queremos y que no nos deja alcanzar una verdadera paz. Este gobierno con todas sus acciones demuestra que quiere sumir cada día más a las mayorías en la misma miseria que llevamos padeciendo más de 70 años hundiéndonos en severa pobreza monetaria y social.
La tarea está en la lucha organizada, para seguir llenando las calles de dignidad, de rebeldía, pero sobre todo de poder popular para la construcción colectiva de un proyecto de movilización social sin precedentes, que bajo unos objetivos claros guie el camino del pueblo en la lucha por la transformación de esta realidad en la que nos sumergimos.
La juventud juega un papel importante en este momento, pues está llamada a sacudir el establecimiento y buscar la caída de esta dictadura fascista narcoparamilitar. Por eso, ahora más que nunca, asumamos el rumbo de nuestro país, llenos de mucha moral y luces. Todo por una nueva Colombia al alcance de nuestros sueños.