En las últimas horas se ha desatado una ola de comentarios en redes por la celebración que habitantes de la ciudad de Quibdó, en el departamento del Chocó, hicieron por la llegada de la franquicia de comidas Frisby. El meollo del asunto no es la posible llegada de este sino la ola de burlas y chistes que esta manifestación ha suscitado en algunos, lo que me lleva a reflexionar sobre la doble moral que existe en este país.
Recuerdo muy bien la esperada llegada de la cadena internacional de cafés Starbucks, donde miles de personas se aglomeraron para ser los primeros en salir con un café, un granizado o algún producto de este establecimiento por considerarlo algo play. Ahora bien, este tipo de expresiones las vemos con recurrencia en la inauguración de algún centro comercial o tienda internacional, aspectos que no me parecen descabellados, ni desacertados. Estamos en un sistema capitalista consumista, donde siempre se va a querer la exclusiva de algún producto y más en las capitales del centro del país.
Aterrizándolo al plano local, en la capital quibdoseña somos felices con la llegada de este tipo de establecimientos comerciales, como lo son Frisby, Olímpica, Vélez, entre otros, que ya tienen presencia en el centro comercial el Caraño y que para las personas de ciudades del interior del país son lo más normal y común de su cotidianeidad. Pero dejando el revuelvo a un lado, nadie de los que opinaron de manera burlesca sobre este tema se detuvo a pensar el trasfondo y las implicaciones positivas que conllevan este tipo de actos.
Por años el departamento del Chocó ha sido estigmatizado y olvidado por el gobierno estatal y por los mismos colombianos, por lo que el hecho de que grandes empresas comerciales posen sus ojos en nosotros como departamento es muy significativo, sin contar con que abre el abanico de posibilidades e impulsa a otros a expandir sus referencias comerciales en la capital chocoana. Por otra parte, la generación de empleos que trae este tipo de establecimientos ayuda con el crecimiento diciente de la economía quibdoseña. Según cifras del Dane, somos la primera ciudad del país con la mayor tasa de desempleo, con un 55,0%. Con todo y esto, no pretendemos que la llegada de Frisby vaya a cambiar estas cifras, ni que sea el salvador de la economía. Sin embargo, no podemos negar que es una pequeña esperanza en el desarrollo laboral de la capital y es un granito en la conformación e instalación de muchas empresas, tanto de nivel comercial como productivo, que aporten al crecimiento del departamento.
Como la mayoría de los colombianos que todo lo toma de la manera más carnavalesca posible y hasta peyorativa en este caso puntual, para terminar los invito a que interioricen que antes de vanagloriarse con lo que tienen en sus ciudades, en materia comercial, de infraestructura, salud, entre otros servicios, piensen en que todas las ciudades de Colombia no tenemos el mismo nivel de las principales capitales del país. Hay lugares como Quibdó donde el progreso es nulo o solo está llegando de manera lenta pero segura, todo gracias al olvido de los gobiernos estatales.
También, este es un llamado de que antes de querer resolver lo urgente, se resuelva lo importante, como lo es la salud, la educación y el sector económico de la población chocoana.