Que si golpe de Estado, que si fraude, que si me roban por aquí, que si me roban por allá. Que amenazas para mí, que amenazas para ti, que amenazas para todos.
Que si sí, y que si no, que si gana, que si no gana. Que si me mato, que si me matan, que si me hago matar, que si esto, que si lo otro.
Que si por aquí, que si por allá, que si por delante, que si por detrás, que si de medio lado, que si en cuatro. Todos tranquilos, no es una película porno, aunque sí parezca de terror.
Amigos alienígenas, bienvenidos: les presento a mi tierna y adorable patria en la antesala electoral, ¿la antesala de una orgía, la antesala de un carnaval, la antesala de un manicomio, la antesala de un velorio?
Doctor, recéteme un calmante que yo también ando un poco loco, o loco del totazo y acaso más confundido y sufrido que mis conciudadanos. Le juro por mi dios bendito doctor que yo creía que íbamos para una fiesta electoral, y no como el pobre Mambrú para la guerra.
Hermanos gringos, rusos, chinos, conchinchinos, de Finlandia y Groenlandia, por estos días no les recomiendo visitar a Locombia: la garcíamarquiana, la vallejiana, la fanática, la histérica, la farandulera, la folclórica, la corrupta, la sinvergüenza, la bandida, la paraca, la loca, la tremebunda, la caída del zarzo, la paranoica, la histérica, la esquizofrénica.
Auxilio, socorro, SOS…
Tengan misericordia que los buenos somos más. Por favor, envíen refuerzos, hablen con Raimundo y todo el mundo, porque como san Pablito podríamos acabar hasta con el nido de la perra.
Ay, mis paisanitos. Tan purísimos, tan santurroncitos, tan parroquiales, tan verraquitos, tan apasionaditos, tan guachecitos, tan inocentes, tan inmaculados, tan honrados, tan incorruptibles, tan sin pecado original, tan bobitos.