Esta semana los habitantes de la perla del Otun, recibieron los anuncios del alcalde Carlos Maya sobre un plan de contingencia y auteridad como estrategia de ahorro para salir de la crisis que se afrontará debido al COVID 19.
El anuncio de liquidar el instituto de movilidad de Pereira, ha levantado una fuerte polvareda y ha creado un debate entre los que están a favor y apoyan al burgomaestre y los que se presentan en contra y apoyan a los empleados del Instituto.
El concejo de Pereira le aprobó facultades al alcalde, para que tomara las decisiones necesarias para afrontar la crisis que por la pandemia mundial, dejará como resultado, la reducción de los ingresos corrientes y propios en porcentajes muy altos, para nadie es un secreto, que en todas las familias tenemos personas desempleadas como consecuencia de la emergencia sanitaria y esto afectará el recaudo de todos los impuestos de la capital Risaraldense.
Dentro de los muchos anuncios, el que mas cayó como balde de agua fría fue la liquidación del instituto de movilidad, lo que mas impresionó, no fue la liquidación del organismo para ahorrar gastos de funcionamiento alrededor de 6 y 7 mil millones de pesos, los cuales se proyecta que serán invertidos en el proyecto del tercer carril de la avenida 30 de agosto y en la construcción de 10 mil viviendas. Pero no, eso no causó la menor impresión y mucho menos cuando todos en el país vienen de un gobierno que regaló viviendas en todo el territorio nacional, la estupefacción general de aliados y contradictores surge por la crudeza y falta de tacto político, con la que el joven mandatario dio el anuncio, llevándose como un tsunami a todas las familias del instituto de movilidad en una acusación de corrupción reiterada.
El organismo de tránsito como toda empresa tendrá manzanas podridas, gente sin vocación y que buscan en la administración publica el mejor escenario para conseguir dinero por fuera de sus emolumentos, pero también tiene muchas personas que llevan décadas sirviendo a la ciudad, cumpliendo con su deber misional y colocando todo su empeño para sacar adelante la institución y prestar un buen servicio.
¿Tenía derecho el alcalde de pisotear la dignidad de esas familias que trabajan a diario con honradez y voluntad en el interés público?
Son muchas las preguntas que surgen en el proceso, una de ellas está en la debilidad que encarna el perfil político de Carlos Maya, de abismal diferencia con su antecesor, el carismático Juan Pablo Gallo. ¿Será que el líder experto en contaduría publica se tambalea y en un acto desesperado recurrió al discurso populista de la corrupción usado por su archi enemigo político, el ex concejal Carlos alfredo Croswaithe, para poder enamorar las masas y motivarlas a que le respalden sus antipopulares medidas?.
NO A LA VENTA DEL PATRIMONIO PÚBLICO DE PEREIRA:
Acá nuestra posición frente a lo dicho por el Alcalde Maya en las últimas horas.
La liquidación del Instituto de Movilidad podría ser peor que la corrupción actual. Dejaría la ventana abierta para las fotomultas en Pereira. pic.twitter.com/ocU8Llm8gQ
— Daniel Silva Orrego (@SilvaOrrego) June 9, 2020
Los grandes politicos de la región,esos por los que votaron nuestros abuelos , recomendarian dar resultados contra los empleados corruptos del partido que sean y del padrino que sea y ponerse a trabajar duro con más tecnología y asegurando millonarios ingresos a partir del portafolio de servicios del instituto de movilidad de Pereira.
Señor alcalde no piense que pintando el carro, se desvara.