La gran protagonista del paro de 2019, así como de las movilizaciones que vinieron después, fue la juventud.
En general, podríamos decir que siempre ella lo ha sido. La fotografía de la movilización comunera de 1781, si la hubiera, mostraría un alzamiento popular adelantado más que mayoritariamente por jóvenes, como igualmente ocurriría con todas las movilizaciones que vinieron después, incluidas las de la gesta independentista y del gran paro cívico nacional de 1977. A esa tradición de compromiso decidido contra la opresión y en procura de beneficios para las inmensas mayorías también ha respondido la juventud del siglo XXI, razón por la cual nos congratulamos con ella y le agradecemos.
Pero fue tan particularmente sobresaliente su participación en estas últimas movilizaciones que prendió alarmas en el establecimiento, obligándolo a responder, pero no atendiendo sus reclamos, como era su obligación, sino procurando explotarla a su favor, y qué mejor que haciéndola sentir protagonista absoluta de tales movilizaciones. Con ello lograría hacer que no se sintieran representadas en sus líderes naturales, las centrales obreras, y, por ende, no obligadas a seguir sus orientaciones.
Ese “nadie nos representa” surtió los efectos deseados: hacer que los jóvenes se separaran del movimiento obrero y le propiciaran al gobierno la justificación que necesitaba para desoír a los voceros de las centrales. A partir de allí lo que siguió fue una sumatoria permanente de estratagemas para eternizar las negociaciones hasta el cansancio y llevarlas al desahucio.
Por fortuna, ese “nadie nos representa” no necesitará volverlo a pronunciar, como tampoco ninguna otra frase que la ponga en contradicción con las organizaciones de los trabajadores. En Gustavo Petro y sus listas del Pacto Histórico está la representación de todo nuestro pueblo, del cual la juventud es su destacamento mayoritario. En su propuesta programática hay respuesta a todos sus reclamos, incluidos los relacionados con la matrícula cero en los establecimientos educativos, con la conversión de Colombia en un país del conocimiento, con el impulso a la ciencia y las tecnologías, con la recuperación del régimen laboral y con la preservación del medioambiente.
Estos son propósitos que, innegablemente, tienen en la juventud a sus primeros beneficiarios y que podrán materializarse con Petro presidente, si obtiene mayorías en el Congreso. Considero que debemos movilizarnos de forma entusiasta este 13 de marzo por el Pacto Histórico, así solo sea por la consulta presidencial y por el Senado, ya que, lamentablemente, la lista a la Cámara por el Tolima fue mancillada con un nombre salido de esa esa derecha corrupta, y por lo cual invito a votar en blanco para esa corporación.