Pertenezco a una generación que escuchábamos radio. Osea, cuando William Vinasco Ch y el joven Adolfo inauguraban en los noventa el Gol Caracol, nosotros le bajábamos el volumen al televisor y poníamos la radio. Era una blasfemia escuchar los partidos con el sonido de las transmisiones de la televisión. Es que en la radio estaban el Emperador Marco Antonio Bustos, Edgar Perea, Benjamin Cuello. Era gente que sabía de fútbol, cuya opinión tenía el peso específico. Y emocionaban, vaya que emocionaba.
Ahora un narrador puede tener la precariedad mental del Cantante del Gol, el señor Javier Fernandez, quien ha cantado durante tres minutos goles contra Colombia sólo para probar que el como periodista deportivo es un gran cantante. No leen los partidos, incluso este último no tiene ni siquiera idea del juego, sólo está su presencia y su voz incesante como un aguacero. Perea era discutido, polémico, pero nadie dudaba que su opinión tenía peso y generaba titulares. Era uno de los habituales del programa La Polémica, el más importante en su momento de la radio nacional. Se metía en líos porque no quería quedar bien con todo el mundo. Cuestionó y de qué manera, la convocatoria al mundial de Estados Unidos 1994 de Barrabas Gómez de quien decía era un "paquidermo, de movimientos paquidermicos".
Ahora ni Carlos Alberto Morales, un triste clon del cantante del gol, ni Eduardo Luis, con su famoso "pidan domicilio" parecieran tener la sabiduría que se necesita para hacer una acertada lectura de juego. Son figurines, caricaturas, incapaces de hacer grandes el juego. Es que nada más miren a Miguel Simón, no importa quien juegue, lo que importa es que Miguel Simón está narrando. Lo mismo pasa en Argentina con el Pollo Vignolo o con Clos. Acá el último importante, de lejos, es el Tato Sanin, pero como ya no podemos sincronizar la transmisión de radio con el tv nos perdemos narradoras emblemáticas como estas:
Miren esta potencia de Edgar Perea narrando uno de los mejores goles de la historia de Colombia en los mundiales, la recordada hazaña que gestó Freddy Rincón en Milan en 1990 contra Alemania. Se me paran los pelos 30 años después:
Estas voces se acabaron. Escuchen al emperador Marco Antonio narrando un gol de Irigoyen para Millonarios en 1978, calidad pura:
No es nostalgia de viejo, es la realidad. Los futbolistas de ahora pueden ser mejores, lamentablemente no hay nadie que narre sus hazañas. Cuanto te extrañamos negro Perea de mi vida.