Lo primero: ¿Qué es EPS e IPS? Las EPS son empresas privadas de intermediación entre el paciente; y, las IPS que son las prestadoras del servicio de salud, unas privadas y otras públicas.
–clínicas, hospitales, C. de Salud, consultorios especialistas, laboratorios, etc–.
Cuando se creó la Ley 100 (hace 30 años), es cierto, que el ISS era un nido de corrupción; y, el servicio pésimo. También es cierto que solo los trabajadores formales tenían salud. Hoy, con la Ley100 más del 96% de los colombianos está en alguno de los 2 regímenes –subsidiado o contributivo–. Pero, esto no brotó de la creación de la ley, sino de las discusiones de 30 años. –Reformas-.
El asunto radica en que las EPS inicialmente se convirtieron en fortines políticos como las notarías. Se crearon más de 200, que fueron quebrándose, dejando una deuda impagable al sector salud –IPS–. Hoy, están reducidas a un número de 30 de las cuales, 14 están en serios problemas financieros con deudas enormes a las IPS. En otras palabras, se gastaron los dineros de su funcionamiento, pero también los de las IPS, y el Estado que es quien sostiene este gasto, ha venido subsanando a las IPS el hueco fiscal que dejan. Es decir, paga doble.
¿La solución es acabarlas? No, no es acabarlas, pero si, terminar de liquidar las moribundas, y las que quedan, –unas 15–, transformarlas en prestadoras, debido a que operan también como IPS, por ejemplo Sanitas. Y no se conviertan por su reducido número, en oligopolios, -situación del mercado en que el número es muy reducido, de manera que controlan y acaparan determinados productos o servicios como si hubiera monopolio-.
Las IPS –prestadoras del servicio– reciben del Estado los dineros correspondientes a su operación, pero pasan primero a través de las manos de un particular –EPS–. Por esto, o no llegan, o les exigen restringir los gastos por paciente, para desviar estos recursos hacia otros rubros como la construcción de sus instalaciones IPS propias. E incluso desvió de recursos para favorecimiento de campañas políticas nacionales y regionales.
En cortas palabras, hacer eficiente el manejo de los dineros públicos de la salud, porque es el Estado el que termina pagando los abusos..
Aunque entender esto no es tan sencillo de explicar en dos cuartillas, no nos dejemos arrastrar por corrientes desinformativas y abiertamente tendenciosas. No se acabarán las EPS -las que subsisten- serán transformadas en un prestador de servicios.
Recibirán sus recursos de funcionamiento del Estado como lo hacen hoy, solo que, ya no manejarán los recursos de la salud de la red pública y privada IPS, que no les pertenezcan. Se acaba la tercerización.
Quienes tienen “Medicina Prepagada” no se preocupen, es un seguro privado, y continuará siéndolo. Pero, los contributivos –trabajadores del sector formal, independientes, y subsidiados-, pasarán a la red nacional de prestación de servicios, es decir, a las IPS.
¿Cuándo sucederá esto? No es ciertamente el 8 de agosto a las 7:00 a. m. Es un proceso que ya inició desde el nombramiento de la nueva ministra de salud. Proceso porque los cambios se hacen mediante procesos.
Es decir, o miramos para otro lado porque es imposible acabar con la corrupción, o se enfrenta el problema y se rompen las estructuras mafiosas, pero, sabiendo qué hacer con los pedazos.
Son más las cosas que deben cambiar en el sector salud, no podemos ser reduccionistas, pero hay que dar el primer paso y consiste, en sanear el gasto público, para que exista justicia con pacientes y trabajadores del sector.