Siempre he dicho que al Planeta no hay que salvarlo, él está bien. Los que estamos mal somos nosotros. Comenté algo parecido con la niña que pregona por el mundo la salvación de la Tierra y parece que no gustó. Sin embargo, me sostengo en mi apreciación. Estamos encima de un gigante vivo, que conoce nuestros pasos, lo que pensamos y hacemos. No nos pasa una por mucho que levantemos los pies. Somos la alforja que lleva a través del Cosmos. Una vez fue plagado de saurios inmensos de todas las especies y vean lo que pasó, se los comió a todos. Ahora tiene más seis mil millones de la especie más arrogante y altanera, pero más débil, y al parecer, está estudiando la posibilidad de dar por concluido ese ciclo también. Me dirán que el virus fue inventado por el hombre, y yo respondo ¿acaso el hombre actúa independiente de lo que desea el Planeta? ¿No puede generar la mentalidad auto-destructiva necesaria para evitarnos el suplicio de una sacudida astronómica que nos saque de órbita y, por error, caigamos en otro sistema para empezar con lo mismo? Mencione el primer elemento que el hombre haya creado que no haya sido sacado de la tierra. Hoy día muchos desconocen los asuntos cíclicos de los cuerpos celestes y uno que otro pregona vainas fuera de contexto. Pocos conocen de la influencia de la Luna sobre la vida en la Tierra, pocos conocen la ancestral tradición de indígenas y campesinos de pedir permiso en oración y señal de respeto cuando iban o van a ingresar a las profundidades de la selva. Para estos tiempos nuestros campesinos ya tenían las cosechas adelantadas y, más o menos, vaticinaban cómo sería el resultado en junio y julio, hasta la fecha no han caído las primeras lluvias y no se sabe si podrán sembrar en el primer semestre para aplacar el hambre del segundo. El Planeta se las trae y muy en serio. Empiece respetándolo y es posible que logremos persuadirlo por un tiempo más.
¿Se acaba el pacto Tierra-hombre?
La cosa es simple: siempre he dicho que al Planeta no hay que salvarlo, porque él está bien. Los que estamos mal somos nosotros...
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