En las últimas semanas han arreciado las denuncias contra Sayco. No sólo por lo que le están sacando a los músicos, a Jaime Valencia, por ejemplo, gloria de la música colombiana, no le pagan regalías desde 1992, o el escándalo de Garzón y Collazos. Ni hablar de las trabas que le ponen a los empresarios que quieren hacer un concierto como fue el caso de Fernando Barrero, director del teatro Cafam quien vivió de frente la falta de lógica de esta institución decadente, moribunda.
Ellos tienen un convenio con la orquesta filarmónico en Bogotá y periódicamente hacen conciertos y ellos cobran apenas 5.000 pesos. Pero en el 2018 tenían un concierto de Mozart, iban a pasar partes de Figaro y de la Flauta mágica, y Sayco mandó a un funcionario y el mismo día que tenía el concierto el funcionario preguntó si ellos tenían los derechos de autor de Mozart. Fernando Barrero le respondió que, como Mozart tenía más de 80 años de muerto. El funcionario no le creyó y le pidió el acta de defunción de un músico que murió el 5 de diciembre de 1791. Es ridículo.