Satena lleva sesenta años en el aire. Nació en el primer gobierno del Frente Nacional, el de Alberto Lleras Camargo en 1962 para conectar las regiones apartadas de Colombia. Y así continúa haciéndolo.
Sin embargo, nunca ha hecho rutas internacionales centrándose en rutas nacionales y regionales que no son atractivas comercialmente para aerolíneas privadas como lo son San Vicente del Caguán, Apartadó, Quibdó, entre otras. Esto dejará de ser así el 26 de septiembre ya que según anunció el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, el presidente Gustavo Petro desea que Satena sea la primera aerolínea en retomar la ruta Bogotá-Caracas que sería su primer destino internacional. Este vuelo comercial se haría probablemente en el Embraer ERJ 145, una aeronave tipo jet en la que pueden viajar 50 personas. También la aerolínea tendría disponible dos ATR 72 de fabricación italo-francesa que cuentan entre 68 y 78 sillas, los cuales fueron recientemente adquiridos.
Aunque Wingo anunció que se sería la primera aerolínea en cubrir esta ruta, un anuncio que le costó un jalón de orejas de parte del presidente Nicolás Maduro cuyo gobierno mandó retractar a la aerolínea que ya había lanzado fechas para los primeros vuelos Bogotá-Caracas.
El regaño del gobierno venezolano acerca a Satena a objetivo de Petro. La aerolínea ha estado en la primera fila para atender las catástrofes humanitarias como la de Armero, el terremoto de junio del 94, la tragedia de Mocoa y se ha vinculado con sus naves a proyectos de interés nacional como los traslados de negociadores y representantes a La Habana donde se realizaban los diálogos de paz. La aerolínea ha soportado episodios tristes que se recuerdan como el accidente en la aproximación a la base militar de Apiay en Villavicencio de un avión Douglas C-47 1969 que dejó 35 personas fallecidas. Tres años después, otro de sus aviones de la misma categoría se accidentó en el Cerro San Nicolás en un vuelo con destino a Quibdó y en el que murieron 31 personas.
En 1979, uno de sus aviones iconos del momento, un Avro 748, fue secuestrado por Armando Nieto, uno de los mecánicos de la aerolínea, el cual fue intencionalmente estrellado en el barrio Marco Fidel Suárez al sur de Bogotá, exactamente a 4 cuadras del lugar de residencia de los padres de Nieto. En el 85, uno de sus dos recién incorporados Fokker F-28 se accidentó cerca a Florencia, Caquetá, accidente en el perecieron los 46 pasajeros a bordo. En otro Fokker que enfilaba su flota se accidentó 10 años después en Villavicencio.
Ni siquiera la crisis financiera del año 2010, en el que se declaró que la aerolínea reportaba pérdidas por $ 25 mil millones de pesos y tenía deudas de 120 mil millones con los bancos logró tumbar sus operaciones y, tras una intervención gubernamental del entonces presidente Álvaro Uribe, la compañía salió a flote sin necesidad de vender parte de sus acciones. En pandemia, el expresidente Iván Duque le inyectó $40 mil millones a Satena con lo que se mantuvo a flote hasta hoy.
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