Al término del agitado proceso electoral del pasado domingo, que dejó a los candidatos Iván Duque y Gustavo Petro en segunda vuelta, la mirada de los líderes y seguidores de ambas campañas se dirigió al potencial electorado que siguió a Sergio Fajardo y que según entendedores de la política "pondrán presidente".
Sergio Fajardo estuvo muy cerca de Gustavo Petro, con una diferencia de casi dos puntos porcentuales, en total alcanzó 4.589.696 de votos, esos mismo que hoy reciben el guiño de quienes aún se mantienen en la contienda electoral.
Todo esto ha estado sumido en medio del fervor de seguidores, seguidores de los candidatos y de las redes sociales, el mejor ring de batalla para discutir de política en casi todos los casos sin las más mínimas normas de respeto y tolerancia al otro. Lo que está de moda.
Me ha llamado mucho la atención cómo hoy algunos petristas han querido satanizar a los votantes de Fajardo. “Cobardes, ¿cuál es el cambio qué querían?”, "si no votan por Petro votarán por Duque, de extrema derecha son”, comentan algunos. Es frecuente leer esto, entre otros apelativos que ofenden e hieren el ser de fajardistas.
Agresiones van y vienen, y lo que se percibe es que en lugar de unir y atraer votos, este tipo de actitudes terminan espantando y ratificando la decisión de muchos para segunda vuelta: ¡El voto en blanco! O inclinando la balanza hacia el candidato de derecha.
Mientras petristas intentan atraer votos a peso de "garrote" haciendo alusión a aquel adagio que reza "porque te quiero te aporreo", en la otra orilla los de derecha, lo que saben de unirse cuando de poder se trata, los que sí saben limar asperezas, van ganando y abonando terreno para mantener el poder.
Es bueno a estas alturas de la contienda preguntarse si a peso de insultos o de términos despectivos o intentando satanizar a quienes ven en el voto el blanco la mejor forma de expresar su opinión de desacuerdo con los dos finalistas de estas elecciones se va a lograr conquistar los votos que requiere la izquierda para llegar al poder. Yo realmente no lo creo, y considero que el voto el blanco así no tenga efecto en estas elecciones, será un voto de opinión, de desacuerdo.
Amanecerá y veremos.