Sascha Barboza a sus 38 años, jamás ha sufrido de sobrepeso. Sin embargo, un día cuando recién tuvo a su hija Avril, se miró al espejo y no se reconoció. El embarazo y el parto le cambiaron el cuerpo. Entonces, en ese ya lejano 2011, le dio un ataque de pánico.
En Maracay, su ciudad, un psicólogo le recomendó abrir un blog y verter en él todo lo que le apasionaba. Desde que era una niña creía que su vocación era la de pintar, pero cuando empezó a descubrir sus obsesiones, se dio cuenta que el fitness era su vida. Y, apasionada como siempre había sido, dio todo por quitarse de encima los kilos de más que le había traído su maternidad.
Con desmesura, decidió entregarse en alma y vida a hacer los cambios que necesitaba. Sascha se inscribió en la más salvaje de las competiciones, el Fitness Bikini, en su edición 2012 que se realizaría en Nueva York. Para quienes no lo saben, esto es una salvajada. Los umbrales de dolor que se manejan, rayan en el masoquismo.
Sascha, terca, se metió a trabajar durante ocho meses para eliminar cualquier tipo de grasa de su cuerpo. Esta competencia es una mezcla extrema entre fisiculturismo y fitness. Durante todos esos meses renunció a cualquier tipo de carbohidratos y a actividades sociales. Era como un monje y dice que jamás lo repetiría.
Con el tiempo, este tipo de actividades puede traer trastornos alimenticios y a Sascha lo que le interesa es estar bien, estar sana y por eso, arrancó con un blog, siguió con una cuenta de Twitter que nadie leía y después con una página en Instagram que tiene 5,4 millones de seguidores.
A las primeras que asesora es a sus hijas Avril, Luna y Sienna. Junto a su esposo, Andrés Ordóñez, con quien lleva 25 años de matrimonio, crearon una de las marcas más exitosas en las redes sociales.
Sascha tiene un nombre de peso por cada uno de sus tips en redes y puede cobrar hasta 22 millones de pesos por promocionar un producto en su página. Sin embargo, en Colombia le apareció un problema que se está agravando con el paso de los días.
El Invima afirmó que Sascha Fitness no tiene los registros sanitarios para sus suplementos dietarios que prometían mejorar la digestión, prevenir el estreñimiento y cualquier molestia estomacal, pero esto no se cumple según estudios de la entidad.
Invima ha sido tajante: “El Invima reitera su compromiso con la salud pública y la seguridad de los productos para el consumo humano en el país y continuará trabajando de la mano con las autoridades locales de salud para investigar y tomar las medidas necesarias en caso de identificar cualquier riesgo para la población. Para mayor detalle puede consultar las alertas sanitarias correspondientes”.
Sin embargo, Sascha está lista para defenderse. En redes sociales la influenciadora publicó un trino en donde cuestiona la decisión de la entidad que regula el consumo de productos en el país:
Mientras tanto, en Instagram sigue dando consejos, asumiendo el papel que la ha convertido en la gran reina de la vida sana en redes. Eso sí, no falta el seguidor que aprovecha para darle un banderillazo preguntándole si es verdad lo que está sucediendo en Colombia con sus productos.
Ella escurre el bulto:
