La nueva encuesta de INVAMER no mostró todos los resultados que yo esperaba. Pensé que, ante las últimas revelaciones de corrupción y la evidencia de cuan untados están los oligarcas partidos políticos tradicionales y sus disidencias, que son idénticas, la gente reaccionaría de una manera más contundente en sus respuestas.
Todavía no veo en el cuadro de resultados un rechazo “radical” a la oligarquía que ha venido saqueando al país y lo sigue haciendo en múltiples formas que se mimetizan, simulan pulcritud, se esconden en los apellidos “de bien”. ¿Si sabemos que Colombia está tan mal manejada, por qué darle ínfulas a alguien que ha hecho parte de esos malos manejos de los últimos 20 años? El liderazgo de ese partido, cuestionado por avalar y llevar al poder criminales de todos los pelambres, se ha vuelto tan vergonzante, que el exvicepresidente prefiere sustentar su candidatura por firmas, pretendiendo hacernos creer que no hace parte de los mismos de siempre. Pero es su propio partido quien le ayuda a recogerlas. Así, con su intento de mimetizarse y tal vez por esa capacidad de mentir sin pudor, sigue apareciendo entre los favoritos…
Pero alegra saber que comienza a sentirse un aire esperanzador en el resultado de esta encuesta. Muchos ciudadanos quieren algo nuevo para el país. Gente que entiende el poder del veto y del voto. Quienes no se dejan engañar, están considerando seriamente la opción de hacer borrón y cuenta nueva contra la política tradicional. Crece la apuesta por pasar la página; hacer un cambio de rumbo, para que Colombia pase del miedo a la esperanza y encuentre en la educación el nuevo motor de la transformación.
Es triste ver como muchas personas dependen de que cierto político gane. ¿En una sociedad con tantas necesidades, quién no necesita un favor? Por supuesto, hay canallas que se aprovechan de las necesidades de los votantes y juegan descaradamente con ellas. Muchos hacen trampa para ser elegidos.
Para los honestos será bastante difícil salir electos en este escenario de fariseos. Como los corruptos han percibido la fuerza de la “Coalición Colombia”, les montarán escándalos ficticios, cuestionarán la orientación sexual, les tildarán de “populistas”, tenderán cortinas de humo, las armas serán sucias. Por eso es tan necesario que todos estemos ahí, pendientes y bien intensos, sin dejarnos permear por la corrupción ni el clientelismo.
Como lector de este artículo, usted sabrá por quién votar y, pensando en el bien del país en esta nueva fase de la historia, puede ayudar a concientizar a su familia y amigos incrédulos que sí hay nuevos aires. Es un momento crucial. El voto de todos y cada uno importa. Cuando cada cual esté eligiendo en la urna, que lo haga a lo bien. Que deje a un lado los egoísmos y piense en el futuro de Colombia.
¡Pilas! No más de lo mismo. Si le ponemos neurona y moral, puede funcionar. Recordemos los últimos acontecimientos. No sigamos siendo los marranos del paseo… No más de los mismos, ni en el Senado ni en la casa de Nariño. Ya tuvieron su oportunidad. Escribamos la nueva página de la historia.
Y a los jóvenes, les recuerdo la célebre frase de una gran lumbrera “estudien vagos…”. Retroaliméntense. Consulten los antecedentes e historia del personaje que van a elegir…. No crean todas las mentiras que han intentado difundir los amigos del odio, el mesías de la guerra y sus ángeles de la destrucción.
Ventilemos y saquemos los ácaros de la corrupción de todos sus escondrijos y recovecos… Castiguémoslos. ¡Que sufran viendo desaparecer su poder!