Recurro a la poderosa, antigua y vigente cartilla de Nacho con la que nos hemos educado la mayoría de los colombianos para explicar al gobierno cómo es que se hace un bachiller en este país, con excepción de las familias de las élites poderosas. Si el diseño de dicha cartilla ha servido de guía para aprender a leer y a escribir a los más pilos —que nadie les paga—, al igual que a los estudiantes promedio, puede que con sus dibujitos, el gobierno pueda ilustrarse, hacerse una idea de la manera cómo transcurre un día normal en la vida de un docente y de sus estudiantes.
LECCIÓN 1. MA ME MI MO MU
¡ME MAMÉ! AMO A MI MAMÁ.
Tengo la dicha de ser hija de una educadora, pero también sobrina de algunos y amiga de muchos. Diría que conozco tantos que fácilmente puedo tomarlos como grupo focal y aplicar el método inductivo para decir que:
- Los salones de clases son el escenario que mejor recrea el posconflicto y sus necesidades; en ellos se sientan los hijos de los exparamilitares, exguerrilleros y víctimas. Aunque bueno, todos ellos son víctimas también. Retomando, obviamente conviene que se eduquen de la mejor manera y no como si se tratara de un hacinamiento en un espacio reducido donde hay casi cincuenta estudiantes, un abanico (cuando hay) y un profesor que lucha por hacer su trabajo mientras lidia con los comportamientos de sus educandos, los cuales son la secuela de los horrores de esta zona. Si le interesa dar continuidad a este proceso que le significó un Nobel preste atención a los colegios.
LECCIÓN 2. PA PE PI PO PU
MI PAPÁ ME MIMA.
- Ese PAPÁ protector es el Estado, el cual debe garantizar la dignificación de la vida. No estamos pidiendo un favor y digo estamos porque pensar que este paro es solo de los maestros sería tan absurdo como decir que en Colombia no hay corrupción y que esa no es la razón más fuerte por la cual no hay plata. Aquí no hay recursos para los maestros ni para el resto de la clase obrera porque se los han robado y esa es la realidad. Le voy a contar qué hacen los maestros en su tiempo “libre”: piden ropa y zapatos para regalarle a sus estudiantes que van a los colegios hasta descalzos; de sus sueldos le regalan a los niños la plata del almuerzo comunitario porque esa es la única comida del día para algunos, también lápices y cuadernos; hacen de psicólogos porque a veces tienen casos de niños a los que les pegaron sus papás delante de ellos; mi mamá recoge botellas plásticas para llevarles agua potable a sus estudiantes que en ocasiones ni agua apta para el consumo tienen en sus casas. También recuerdo sus fines de semana reforzando en el garaje de la casa en lectura y matemáticas con tal de que los niños se prepararan bien, yo le servía de asistente con la cartilla a la que recurro de nuevo. Además, la escuché mil veces diciéndome "tú sabes que esos niños son muy pobres y lo sigue diciendo".
LECCIÓN 3. SA SE SI SO SU
PAPÁ Y SU SOPA ES POPÓ
- Estamos cansados que PAPÁ desde arriba le eche “flores” a los maestros, a los estudiantes, al señor de los mangos a la salida del colegio, al que vive de vender los fritos en el recreo, a la señora de la miscelánea que vende lápices y borradores, a los mototaxitas que transportan estudiantes y profesores y a todos los de esta clase. Agarre esta cartilla y póngase a leer la situación del país, mire los dibujitos de la gente marchando a diario, aunque Nacho no sea la cartilla de Cambridge con la que seguramente estudió su familia. No hable el idioma de la diplomacia sin aprender el de su país, si necesita más lecciones, pague un buen maestro.
Sr. Presidente, si alguien conoce las necesidades de este país es el magisterio, que todos los días tiene que enfrentarse a los problemas para los cuales usted tiene un ministro por cabeza. En los países desarrollados los ministerios son asumidos por personas profesionales en su área que han dedicado su vida a ella en las condiciones más estandarizadas, en Colombia no, aquí se quiere resolver las necesidades del pueblo sin untarse de él. Gracias a Dios que para llegar a su despacho no tiene que andar en moto o a pie un trayecto de una hora o más, por un camino que cuando está seco, el sol le calienta hasta los tuétanos y cuando llueve, el barro le llega a la cabeza.
Recuerde es SOPA, NO POPÓ.