Todos los colombianos queremos que haya paz en el país. Sin embargo, el presidente Santos ha logrado hábilmente dividir al país haciéndonos creer que hay unos a favor de la paz y otros en contra, es decir, que hay unos con él y otros contra él. Esta misma estrategia la utilizó el expresidente George Bush cuando les pidió a sus ciudadanos y a los mandatarios del mundo que lo apoyaran en su cruzada contra el terrorismo. Quienes respaldaban su plan estaban a favor de la libertad y quienes lo cuestionaban estaban a favor del terrorismo. Es igual de falso a un papá que le dice a su hijo, “si te comes la sopa me haces muy feliz y si no te la comes me pongo muy triste”. ¡Qué papá tan mentiroso y manipulador! Apoyar o no un plan no tiene nada que ver con querer o no la paz, pero eso es lo que Santos nos quiere hacer creer. ¿Una persona que habla de amigos y enemigos con qué autoridad se atreve a hablar de paz?
Y como si no fuese suficiente la engañosa estrategia de “están conmigo o están contra mí”, el presidente Santos le agrega un ingrediente muy efectivo a su plan: el miedo. Así como George Bush y Colin Powell le quisieron hacer creer al mundo que el terrorismo se apoderaría de todos los rincones del planeta si no bombardeaban a Afganistán & Cía., Santos quiere subyugar al país despertando el temor: “Tenemos información amplísima de que ellos (las Farc) están preparados para volver a la guerra y la guerra urbana, que es más demoledora que la guerra rural…" (palabras textuales del presidente colombiano en el Foro Económico Mundial (WEF) para América Latina). Si Santos está tan convencido de las bondades de los acuerdos de paz, ¿por qué estará buscando que la gente lo siga por temor y no por convicción?
Y por último, nunca hemos escuchado al presidente Santos hablar francamente de los costos relacionados con los acuerdos de paz. Él solo habla de las bondades (que pueden no darse) pero nunca de los costos (que seguro se darían). Igualito a Bush, quien nunca habló de los costos de su plan: menor inversión en salud y educación, los gastos de la reconstrucción, el trauma humanitario, el costo político, etc. Si la paz es tan benéfica, ¿por qué será que Santos no ha querido compartir los costos de su acuerdo ni explicar cómo los va a pagar?
Señor presidente, si la paz que usted ha negociado es tan buena, deje que se venda solita… o ¿a qué le teme?
Señor presidente, si la paz que usted ha negociado
es tan buena, deje que se venda solita…
o ¿a qué le teme?
Yo estoy a favor de la paz, pero debo confesar que todavía no sé si votaré a favor o en contra del acuerdo que ha negociado Santos y su equipo porque me genera desconfianza: 1) que una persona que se considera un símbolo de paz tenga un discurso de amigos y enemigos (los discursos de Gandhi, Mandela y el Dalai Lama siempre fueron de integración, nunca de división u oposición), 2) que utilice el miedo y el terror para que la gente lo respalde (el miedo nos vuelve a lo animal y desde ese lugar la paz es imposible) y 3) que no tenga la valentía de hablar de los costos y la sinceridad en decir que no sabe cómo los va a pagar (los problemas económicos hacen pelear inclusive a las familias más unidas). En fin, me cuesta trabajo confiar en una persona que quiere manipularme, asustarme y engañarme.
Creo en la paz, pero tengo serias dudas de los acuerdos que Santos está negociando.
@acardenas999