Después de dos años de implementación de la Ley de víctimas y restitución de tierras los resultados dejan mucho que desear frente a las expectativas trazadas tal como lo demuestra el informe presentado por la Fundación Paz y reconciliación (Ver Informe).
Existen cuellos de botellas que es necesario superar. En un acto con víctimas en el Hotel Marriot de Cali, el candidato-presidente Juan Manuel Santos reconoció que era necesario realizar correctivos. Este se encontraba acompañado del representante a la Cámara por el Putumayo Guillermo Rivera quien fuera ponente de la Ley y ahora forma parte del equipo de la campaña reeleccionista precisamente como coordinador nacional del tema y por tanto se refirió a él.
Esto fue lo que Santos dijo: “Me tocó hacer la guerra, pero ahora quiero hacer la paz. Cuando gané la Presidencia identifiqué al Partido Liberal para que fuera mi aliado en la presentación de la Ley de Víctimas. Por primera vez estamos poniendo a las víctimas en el proceso de paz y no en la parte de atrás. Se lo hemos dicho a las Farc, que a las víctimas se les respeta. De las 6 millones de personas que son víctimas hemos reparado 300 mil. Pero creo que se nos fue la mano en el tema de restitución de tierras, querido Guillermo Rivera. Por ejemplo, creo que la experiencia nos ha indicado que en los casos de restitución cuando no exista alguien que se oponga no hay que acudir a los jueces. Los jueces tienen todo tipo de talanqueras para producir los fallos en forma eficiente. Hay opciones por donde las restituciones se pueden hacer por vía administrativa. Pero eso requiere una modificación en la ley. Y yo le pediría Dr. Guillermo Rivera que redactara un proyecto de ley, lo acordamos, lo presentamos y lo hagamos aprobar a la mayor brevedad posible”.
En una entrevista al periódico El País de Madrid, Santos ya había reconocido la ineficiencia en el proceso de restitución de tierras. “En esto estamos más atrasados porque nos tocó montar toda una organización; inclusive nos tocó capacitar jueces agrarios. Nos habíamos olvidado del derecho agrario y somos un país muy leguleyo, en donde los procedimientos se respetan y eso dificulta las cosas porque los afectados interponen todo tipo de recursos. Pero vamos avanzando; ya tenemos el esquema funcionando, hay unos términos y por eso yo me siento muy satisfecho de los avances, aunque me hubiera gustado que se avanzara más, sobre todo en la restitución de tierras. A eso le vamos a poner el acelerador”.
