Fratelli Group, una compañía de lobystas cercana al Partido demócrata y al gobierno de Barack Obama, empezó a prestar sus servicios de asesoría al gobierno de Colombia desde mediados del 2008, cuando reemplazó a la firma Burson-Marsteller en el gobierno Uribe. En la decisión del gobierno de contratar a Fratelli Group pesó su especialización en temas comerciales y de tratados de libre comercio con Estados Unidos. La recomendación de los asesores de comunicaciones del Presidente Uribe, Jaime Bermúdez y Jorge Mario Eastman pesó en su momento.
Fundado por Francis O’Brien hace 30 años, Fratelli Group se posicionó en gestión de campañas y comunicaciones y ha liderado estrategias de comunicación en temas que van desde el comercio internacional hasta la reforma migratoria. Se dio a conocer como estratega principal de comunicaciones para la campaña USA-NAFTA, O´Brien ayudó a dar forma a los mensajes de la comunidad de negocios de los Estados Unidos y a su enfoque para asegurar el paso del acuerdo. Estuvo detrás de los viajes de las bancadas de senadores norteamericanos a Colombia en el proceso de aprobación del Tratado de libre comercio que se concretó el 12 de Octubre del 2011 y que entró en vigencia el 15 de Mayo del 2012.
Santos direccionó el apoyo de Fratelli Group a la estrategia de comunicaciones del proceso de paz con las Farc y al trámite del Plan Paz Colombia que se iniciaba, con una ayuda de USD $450 millones anunciada por el Presidente Barack Obama, hace justo un año en febrero del 2016. Esta firma es la encargada del manejo de medios norteamericanos en la visita de Santos a eventos como la Asamblea de la ONU y las citas complementarias que permitan visibilizar al Presidente de Colombia y avanzar en las relaciones con el congreso.
Pero todo cambió el 10 de noviembre con la llegada de Trump a la Presidencia. Aunque inicialmente no valoraron ni ellos ni el gobierno Santos el efecto del sunami político y Fratelli Group reanudó su contrato por $ 670 millones, el 27 de diciembre a pocos días de vencer el año presupuestal colombiano. No es fácil entender la razón de haber adquirido este compromiso cuando se sabía que estos consultores no solo no tenían nada que hacer frente a las nuevas mayorías Republicanas sino que representaban exactamente las posiciones que Donald Trump, desde su campaña, con las que se había comprometido demoler. De común acuerdo Santos y Fratellicancelaron el acuerdo y le dijeron adiós a Colombia.
Fratelli Group, antes de servir de ayuda, se convertiría en un inconveniente con los nuevos inquilinos de la Casa Blanca y la bancada Republicaba que empieza a mandar en el Capitolio.
Santos aún no ha encontrado una alternativa para construir puentes con quienes deberán empujar la ayuda de los USD 450 millones que deberá reiniciar el trámite legislativo en unas condiciones adversas, cuando la relación de más alto nivel que puede tener un colombiano con Washinton, la tiene el ex Presidente Alvaro Uribe con Jeff Sessions, el poderoso fiscal confirmado, en medio de radicales protestas, por el congreso norteamericano.