Muy esperanzados, los pensionados y jubilados en Colombia, emprendieron una iniciativa legislativa en abril de 2016 para convertir en ley de la República algo soñado para muchos de ellos. A través de una carta enviada al presidente Santos, junto con el proyecto de ley 170 de 2016, (acumulado con el proyecto de ley número 008 de 2015), en la que describen la historia de los cambios que a través de los años ha tenido la seguridad social, y en general los beneficios económicos reclamados, adquiridos y perdidos por los trabajadores en Colombia, los cuales, y según lo que se menciona en la misma carta han venido en detrimento, frente a lo que significaban antes de la Ley 100 de 1993.
El presidente Santos en su campaña de reelección en junio de 2014, y según un aparte de la carta, afirmó lo siguiente: “Yo me comprometí, y quiero anunciarles a ustedes el día de hoy, sé que un anhelo de todos los pensionados es que se reduzca la contribución a la salud, hay un proyecto de ley en el Congreso de la República, y yo voy a apoyar ese proyecto de ley, agregó igualmente que: en plata blanca quiere decir que se aumenta el ingreso, porque se reduce la contribución y se aumenta el ingreso”. Después de estas palabras, me niego pensar que el presidente Santos engaño al gremio de pensionados y jubilados, y que jugó con sus sentimientos.
Supongo entonces, que el presidente Juan Manuel Santos hizo todo lo que estuvo en sus manos para avalar este proyecto, pues la palabra del presidente vale más que mil acciones del mismo. Supongo también que el valor que habría costado la aprobación de esta ley soñada y promovida por el senador Alexander López, estimada en 2,5 y 3.1 billones de pesos al año que le costaría al Estado, sería un riesgo inminente para la sostenibilidad fiscal del país como lo ha anunciado varias veces el ministro Cárdenas.
No obstante, al pensar en el costo que podría tener esta reforma pensional, siento temor que, al ser un aporte del Estado, todos pagaríamos el pato, sin embargo, ¡promesas son promesas! Por ende, comprendo igualmente que no fue una promesa incumplida toda vez que de eso se trata la politiquería, y digo politiquería, por la definición de la RAE:
Politiquería. 1. f. Acción y efecto de politiquear.
Politiquear.
1. intr. Intervenir o brujulear en política.
2. intr. Tratar de política con superficialidad o ligereza.
3. intr. Am. Hacer política de intrigas y bajezas
Dichas definiciones, que siendo sincera, no creí que estuvieran definidas por la RAE, se acercan totalmente a las promesas frecuentes que hacen algunos políticos, en este caso concreto el presidente de Colombia, para conseguir en su momento, ascender en el poder y por lo mismo muchas de esas promesas y programas de gobierno no se condensan con hechos, (sin embargo, no creo que, a estas alturas del partido, sea algo que trasnoche al presidente).
Por lo anterior, Señor presidente Santos, entiendo sus razones para romperle las ilusiones a muchos de los pensionados y jubilados colombianos que contaban con la sanción de este proyecto, y que desafortunadamente a muchos de ellos, esta objeción al mismo, seguramente si los va a trasnochar.