Hoy recibí un correo de una amiga mía que incluía un artículo de Andrez Castaño titulado Las mentiras de Santos frente al proceso de paz . Con este comienzo pensé, si mi casi adicción por la bondad del tema de la paz en Colombia me tiene encantado, ¿será objetivo el artículo de este ex defensor de la política de la paz, para llegar a reversar mi pensamiento? Pues bien, me tomé juiciosamente el trabajo de extraer textualmente del artículo sus argumentos y sopesarlos con otras de sus afirmaciones.
Dice el articulista que el proceso de paz “… es simplemente una maniobra política disfrazada de paz, una falacia” y que para él le conllevaba hacer “-un trabajo sucio: el de defender a Juan Manuel Santos, dado que él hizo de la paz una bandera política de su propiedad.” Pues bien, talvez el haber hecho Santos de su bandera política ‘la paz’, creo que es un alto elogio al Presidente. La está logrando, contra viento y marea. Los planteamientos que resulten, serán la guía consensuada del nuevo orden de Colombia, por calificados representantes de las diversas clases sociales del país y de diferentes regiones. Por primera vez desde nuestra independencia, tenemos la oportunidad de forjar un país próspero y ejemplar para todos sus habitantes. No en vano han sido tres años de trabajo sin dejar que un bando se imponga al otro. Tal vez los años más fructíferos de nuestro país, si los furibundos enemigos del ‘acuerdo’ dejan terminar el proceso.
Dice también el autor que, “… (el Presidente) señala que los recursos de la venta de Isagén se destinarán a la construcción de vías 4G, y no porque no sean necesarias …, sino porque el oligopolio que controla la contratación con el Estado somete a eternas demoras la entrega de las obras …”. Si esta fuese la razón, estaríamos de acuerdo en que Santos estaría demente. Sin embargo, es probable que las obras civiles con fondos de 4G vayan a las constructoras más grandes y reputadas del país, hoy en día, cuyos socios son indirectamente los mismos dueños de los bancos; además porque a los otros grandes constructores los quebraron o los tienen en la cárcel.
También dice el autor de marras, “… afirmar (el Presidente) que Isagén no es un activo estratégico en este momento para el país es una falacia, más cuando (se) … discuten medidas para contrarrestar los efectos … del cambio climático …”. Contrarrestar el cambio climático es otro tema en que Colombia debe participar, pero no tiene que nada que ver con la venta de Isagen. Dice Guillermo Perry, reconocido conocedor profundo de este tema en su artículo en El Tiempo “… quien compre a Isagén no se va a llevar sus hidroeléctricas para otro país.”
No estamos vendiendo el agua, ni se la puedan llevar. Colombia tiene el 5% de los recursos mundiales de agua dulce siendo el sexto después de Brasil, Canadá, Indonesia, China y Estados Unidos.
Ahora, que si el gobierno de Santos beneficia a los bancos o no le cumple a los campesinos, o quiere poner impuestos cuando había dicho que no, o sube el precio de la gasolina cuando baja el del petróleo; que su política no disminuye la inequidad social, esto y otros son temas que se pueden tratar aparte. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. No confundamos la gimnasia con la magnesia.
