El haberle apostado a la paz le ha pasado una factura impagable a Santos. Después de ser sofocado por ocho años de discurso uribista, el pueblo colombiano parece haber elegido que la única manera de combatir a la guerrilla es a punta de plomo. Pero no sólo La Habana ha jugado en contra de Santos. La inflación, la venta de Isagen, el Fiscal Montealegre y lo que consideran las huestes uribistas como una persecución política, han llevado a que Santos se haga con una imagen negativa tan profunda que ni siquiera Dilma Rousseff, quien ha soportado multitudinarias manifestaciones en contra de su gobierno, o la devastación económica que sufre la Venezuela de Maduro, han alcanzado.
¿Si no hay tantas diferencias con los resultados económicos que consiguió Uribe, si el desempleo se ha reducido, de donde viene la mala imagen? Sin duda de su política de paz. El colombiano promedio odia a las FARC y, por culpa del nivel de su ignorancia, creen que todo aquel que trate de sentarse en una mesa a dialogar con esta guerrilla lo convierte inmediatamente en terrorista. No nos digamos mentiras, la razón es esa. Queremos sangre y este gobierno no nos la da.
Acá está el listado completo de un top que lo encabeza el neoliberal Mauricio Macri quien, respaldado por unos magníficos publicistas, le han hecho creer a los argentinos que la miseria que deja la libre empresa es mejor que los subsidios que entregaba el kitchnerismo
Macri: 54 % de favorabilidad
Correa 41 %
Vásquez 31 %
Bachelet 24 %
Maduro 23 %
Humala: 15%
Dilma 14%
Santos: 13 %