El programa "Caminos Comunitarios de Paz", liderado por el presidente Gustavo Petro, representa un hito en la inversión y desarrollo de infraestructura vial en las zonas rurales de Colombia. Con una inversión estimada de 8 billones de pesos, este programa busca intervenir 33,102 kilómetros de vías regionales y caminos ancestrales, saldando así la deuda histórica con nuestros campesinos y facilitando el transporte de sus productos, especialmente durante la temporada invernal.
Como ciudadano con profundas raíces campesinas, comprendo la urgencia de mejorar las condiciones viales en el sector rural. Por ello, celebro que se hayan destinado estos recursos sin precedentes para la ejecución de diversos proyectos de infraestructura, los cuales están siendo gestionados directamente por las Juntas de Acción Comunal. Este enfoque garantiza la eficiencia y transparencia en la administración de los fondos, permitiendo una veeduría continua de los recursos.
Hasta la fecha, varios proyectos se han puesto en marcha y otros están en proceso de formulación. Las intervenciones incluyen mejoramientos como la construcción de placa huella, obras de drenaje y señalización, así como la rehabilitación mediante la reconstrucción de infraestructura. Entre los departamentos que ya están trabajando activamente con este programa se encuentran Antioquia, Boyacá, Cauca, Nariño, Norte de Santander y Tolima.
Es aquí donde surge una crítica importante: el departamento de Santander y sus municipios han mostrado un interés insuficiente en sumarse a esta iniciativa transformadora. Es crucial que Santander apoye a las Juntas de Acción Comunal en la formulación de proyectos. La colaboración con estas juntas, que a menudo carecen del conocimiento técnico y burocrático necesario, es esencial para asegurar el éxito y la correcta formulación de los proyectos. El potencial de mejora es enorme, y es vital que no se deje pasar esta oportunidad única para transformar nuestras comunidades rurales.
Esta es una oportunidad sin precedentes para nuestros pueblos y veredas marginadas que por los años han vivido a la merced del político local de turno para alivianar la tortura de transitar por trochas con el fin de sacar los productos. La gestión directa de los recursos por parte de las Juntas de Acción Comunal no solo promueve la transparencia, sino que también empodera a las comunidades locales, permitiéndoles ser protagonistas en el desarrollo de su infraestructura.