Acaban de empezar las Fiestas del Mar más imprudentes e inoportunas de la historia. Además, desde hace más de 30 años que estas celebraciones no tienen gracia ni identidad, sin contar con que no generan nada para la ciudad. No más con estas fiestas de pueblo barato, o es carnaval o fiesta del mar, pero dos festividades así no se pueden.
Una ciudad que cambia de alcaldes como cambiar de pantaletas, una ciudad llena de pobreza y de complejos problemas sociales casi imposibles de resolver, como microtráfico, inmigración de venezolanos, desempleo, guerra paramilitar, insuficiencia en servicios públicos y una crisis política y casi que guerra entre clanes y familias políticas, no es para que esté pensando en fiesticas de quinta.
Es hora de que Santa Marta y su gente piense en lo que le conviene y ubique sus gustos, tradiciones y prioridades turísticas, más si desea realmente que la Perla de América sea conocida por una celebración que la identifique ante el mundo, así como sucede en Barranquilla, Cartagena, Cali y Medellín.
O hacemos un buen carnaval con unos precarnavales bien organizados y no por un barrio como Pescaito, que se le abona el esfuerzo, pero que no es suficiente porque será visto siempre como el Carnaval de Pescaito, mas no de toda la ciudad. Además, con un buen San Agatón, organizado y sin "tiritos", porque pareciera que San Agatón sin plomera no es fiesta y también recuperando los bailes de barrio bien vigilados, organizados y seguros. También reviviendo la tradicional Batalla de Maizena, eso sí sin caravanas de motos, ni bicicletas.
Hacemos esto o por el contrario nos olvidamos de los dioses Momo Baco y Arlequín y nos concentramos en Neptuno, para que sea la celebración nuestra en julio o agosto y se organicen con todos los fierros como las Fiestas del Mar y únicas en el mundo que gozaron de buena acogida en el siglo pasado pero que hace 30 años entraron en barrena.
Tal vez se puede volver a tener un Reinado Nacional e Internacional del Mar con un verdadero norte y bien definido como la conservación del mar, cuidado de las especies marinas, impulso del turismo y afianzamiento de la cultura del mar en la ciudad que hace rato se perdió, comenzando por el hecho de los jóvenes samarios ya ni fútbol juegan en la playa.
Las preguntas son ahora para ustedes:
- ¿Cree que la ciudad está en condiciones para tener dos fiestas al año?
- ¿Cuál quisiera que fuera la fiesta oficial de la ciudad?, ¿carnaval o las Fiestas del Mar?
- ¿Considera que se puede utilizar una de estas dos fiestas bien organizada como otra excusa para atraer el turismo, que es lo que necesitamos?