La joven campesina Sandra Ramírez era una más de las escoltas de los jefes del Secretariado de las Farc entre quienes estaba el ya comandante máximo Manuel Marulanda. Él la distinguió un día hace más de 30 años, en el campamento Las Palmas, incrustado en las montañas de La Uribe, Meta, cuando se le acercó como enfermera. Se había fracturado las costillas tras una caída y ella, con veinte años fue la escogida para atenderlo. Estuvo junto a él cuando le llegó la muerte producto de una falla cardíaca, el 26 de marzo del 2008 en el campamento madre de la Uribe.
Su nombre de pila es Criselda Lobo y su alias Sandra Ramírez. La quinta de 21 hermanos, conoció la pobreza y el hambre en su casa campesina en Santander; seis de sus hermanos no sobrevivieron. Atendiendo la enfermedad de su mamá quiso ser médica pero terminó en el Frente 12 de las Farc, con Alonso Cortés, quien pronto la vinculó a una de las escuelas de enfermería de la guerrilla.
Además de compañera, Sandra era asistente y secretaria personal del comandante de las Farc. Transcribía los textos, copiaba dictados para armar documentos, tomaba nota en las reuniones. Pasaron años organizando el archivo personal del comandante guerrillero y los últimos seis años de su vida los dedicó a organizar una larga correspondencia de la cual resultaron dos libros. Registro en fotos las maravillas naturales de la selva, las mariposas con alas de cristal que tanto recuerda y montó su propio cuarto de revelado en medio de la selva.
Han pasado doce años y su vida tomó un nuevo rumbo con la firma de los Acuerdos de paz que la llevaron en 2018 a formar parte de la bancada del Partido Farc en el Congreso. Dos años después y por un golpe de suerte fue elegida vicepresidente de la corporación. El turno era para el senador Gustavo Bolívar en representación de la oposición, pero ante la amenaza de la nominación por el equilibrio de género, éste se hizo a un lado y postuló a Sandra Ramírez. Su nombre fue bien recibido y con 67 votos a favor fue reconocida para un cargo que se disputan los más de 100 senadores y que colocaron a la viuda del comandante Marulanda, en la primera línea del espectro político nacional.