Le tomó mucho tiempo a la familia Cobo Lloreda descubrir el platal que había en el subsuelo de su hacienda Aromal Localizada en el municipio de Vijes en la vía Panamericana. Fueron precisamente sus herederos, los hermanos Gustavo y Ricardo, quien había sido alcalde de Cali en 1998 y casi desde entonces se retiró de la vida pública, quienes se propusieron darle vida a la propiedad, la herencia familiar. Se sabía que en esas tierras había una beta de piedra caliza que tenía un gran potencial para explotar el material. Se trataba de una valiosa materia prima a la que había que encontrarle una vocación económica.
Los Cobo Lloreda tenían el terreno, pero no el talante empresarial ni el músculo financiero, asi que tocaba buscar socios para echar adelante un negocio que parecía promisorio. La idea se concretó en 2010. Uno de los primeros empresarios que Ricardo Cobo contactó fue a Rodrigo Otoya, a quien conocía de tiempo atrás y sabía de su visión para los negocios. Se trataba de un emprendimiento de gran envergadura, con lo cual Otoya, quien además invitó a la sociedad a sus hermanos Jaime y Fernando, sería solo el primero del grupo de inversionistas que le apostaron a la idea.
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Invitaron a Maurice Armitage quien además de su solidez económica estaba vinculado al sector de la construcción a través de su rentable fábrica Siderúrgica de Occidente. Con lo excedentes de la operación de SIDOC, Armitage empezó a diversificarse con otras inversiones como el ingenio Ingenio de Occidente, siempre con la intención de apostarle a interesantes iniciativas empresariales. Se sumaron al grupo los hermanos nariñenses Alberto y Luis Solarte, poderosos contratistas de obras públicas.
El arranque de la inversión fue importante con la pretensión de armar una cementera que surtiera de materia prima el suroccidente colombiano. Cementos San Marcos arrancó con un capital USD 70 millones. La construcción de la moderna y tecnológica planta empezó en 2010. En mayo de 2012 salió el primer bulto de cemento con el logo de San Marcos. El gigante de la industria como Cementos Argos que había absorbido a Cementos del Valle, nunca pensaron que habría el vigor empresarial para fundar una nueva cementera que compitiera por un tajada importante del mercado en esta región del país.
Con fuertes competidores por delante, que tenían nombres y posicionamiento bien ganado, la cementera caleña hizo lo que tenía que hacer: empezar a producir y a hacerse conocer en los municipios de los tres departamentos que tenían en la mira: Valle, Cauca, Nariño y marginalmente Chocó. Empezaron la empresa con unos 150 empleados y produciendo 14 mil toneladas de cemento al mes. Cinco años en el 2017 ya producían y vendía tres veces más en un in crescendo que al año llegaban ya a las 50 mil toneladas. La orientación de la compañía no podía haber sido mejor en cabeza de una junta directiva compuesta por Rodrigo Otoya, Marcela Mejía (gerente de SIDOC), Jorge Alejandro González (representante de Carlos Alberto Solarte CSS) y Viviane Armitage y Ricardo Cobo.
Desde hace dos años Cementos San Marcos está controlada por el ex alcalde de Cali y empresario Maurice Armitage. En noviembre del 2022 los hermanos Otoya le vendieron su participación accionaria a Armitage y hoy la junta directiva tiene como principales a: Maurice Armitage, Marcela Mejia (gerente de SIDOC), José Alejandro Piedrahita Tello (Sobrino político de Armitage) y a Jorge González (representante legal de CSS / Solarte). Compiten en precio y calidad y se han consolidado en el Suroccidente, decididos a no dejarse ahogar por Argos, vuelta una multinacional con el meganegocio que acaban de consolidar en Estados Unidos, la mexicana Cemex y la suiza Holcim.
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Las tres gigantes cementeras con las que San Marcos compite
El camino inicial no fue fácil. Tenían al frente monstruos en el negocio de cemento como la multinacional Argos, que es líder del mercado nacional, la cual que formaron en los años 30 del pasado siglo los ingenieros y empresarios Jorge Arango, Carlos Sevillano y Carlos Ochoa, junto decenas de pequeños socios y apoyados también por la alcaldía de Medellín y la empresa Ferrocarril de Antioquia.
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Argos logró su poderío nacional asociándose con empresarios locales para crear otras cementeras que se convertirían en lideres regionales que pasaron luego a formar parte del grupo de las empresas que controla Argos, entre estas están Cementos del Caribe, Cementos del Valle, Cementos Paz del Río, Cementos Rioclaro, Colclínker, Tolcemento, Cementos El Cairo y Cementos del Nare. Una vez consolidada a nivel nacional, salió a crecer internacionalmente mediante adquisiciones en el Caribe y Estados Unidos.
El más reciente movimiento de Argos para seguir fortaleciéndose y lograr mayor posicionamiento en Estados Unidos y Canadá fue la fusión con la cementera norteamericana Summit Materials, para crear una compañía conjunta que fortaleciera las ventas en Norteamérica de las dos empresas. Con la fusión Argos se queda con el 32% de la nueva empresa y se posiciona como una de las cuatro cementeras más grandes en Estados Unidos.
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Las otras competidoras en aquella región donde los empresarios caleños apostaron con su San Marcos eran dos grandes extranjeras. En el país estaban bien posicionadas también La suiza Holcim y la mexicana Cemex. que al igual que Argos, les llevaban muchos años de camino en el mercado, ya que nacieron a comienzos del siglo pasado. De estas dos la primera en entrar a Colombia fue la de las familias mexicanas Zambrano, García, Brikingham y Barrera, quienes controlan casi el 50% de la empresa desde que esta fue fundada.
Cemex entró a Colombia en la década de los años 90 con la apertura económica de César Gaviria que fue aprovechada por empresas extranjeras para ingresar con facilidad a los diferentes mercados colombianos. Para entrar al mercado del cemento, los mexicanos compraron dos cementeras importantes que tenían buen nombre, pero flojas ventas, se trataba de Cementos Diamante y Cementos Samper, esta última la cementera más antigua del país, pero que no pudo con la crisis financiera que los golpeo hasta
Por su parte la suiza Holcim, hoy la empresa cementera más grande del mundo, entró a Colombia un par de décadas antes. En 1969 los suizos se hicieron socios de Cementos Boyacá que terminaron comprándola. Entre las otras cementeras que tiene por delante están
Doce años después de haber sacado su primer bulto de cemento San Marcos tiene el 40% del mercado del suroccidente, habiendo avanzado mucho más lejos de los tres departamentos iniciales y ahora están también en Caldas, Huila, Tolima, Caquetá y Putumayo. Con los 500 empleados que ya tienen producen 620 mil toneladas al año, que se traducen en un millón de bultos de cemento anuales. Según Fernando De Francisco el gerente que ha estado desde el comienzo de la cementera San Marcos ya tiene el 5% del mercado a nivel nacional, pero fieles a su propósito inicial el de ser profetas en su tierra lo han conseguido con crees.
