En marzo, el Consejo de Estado decidió anular la designación del periodista Andrés Hernández como Cónsul en Ciudad de México, cargo que desempeñaba desde febrero de 2023, al considerar que había otros candidatos más aptos y que, a diferencia de él, sí formaban parte de la carrera diplomática y consular. Esta es una situación que se ha presentado ya varias veces durante este gobierno, que ha estado empecinado en no respetar a los funcionarios de carrera, según las propias organizaciones y sindicatos de empleados de la Cancillería.
Ahora, cinco meses después, la Cancillería volvió a la carga nombrándolo nuevamente en el mismo cargo y asegurando en el propio decreto que cumple los requisitos para desempeñar el cargo y que “no se vulnera el principio de especialidad de los funcionarios de Carrera Diplomática y Consular en la categoría de Consejero”. Algo similar a lo que había sucedido con la abogada Aixa Krofly, cuyo nombramiento como Cónsul en Sevilla se cayó en diciembre de 2023 y quien volvió a ser designada en julio pasado.
Además de contar con una amplia experiencia en varios medios de comunicación del país, Hernández estuvo a la cabeza de las comunicaciones de Petro durante cerca de seis años, que incluyeron su paso por el Senado y la campaña que lo llevó a la Presidencia. Lo cierto es que se ganó la confianza del mandatario y logró durar mucho más tiempo en el cargo que sus sucesores, Germán Gómez, María Paula Fonseca y Juan David Moreno, por lo que no sorprende que el gobierno insista en tenerlo bien colocado.
Con el de Hernández, el gobierno hizo doblete con nombramientos reencauchados
El mismo día en el que se publicó el decreto devolviendo al periodista a su cargo como Cónsul en Ciudad de México, también se publicó uno enviando a otra funcionaria a un cargo diplomático en ese mismo país. Se trata de María Soledad Garzón Fonseca, la hermana de Jaime Garzón, a quien le anularon el nombramiento en marzo y a quien el gobierno insiste en tenerla como Cónsul en Cancún.