El intento de quemar vivos a 15 policías dentro de un CAI en Ciudad Bolívar (Bogotá), la salvaje agresión a un patrullero indefenso que cayó en una refriega en Kennedy (Bogotá), la agresión a una ambulancia que llevaba a una mujer en trabajo de parto causando la muerte al bebé, y los ataques a bala por parte de uniformados a manifestantes en el barrio Siloé (Cali) no son actos de vandalismo; es salvajismo que contrasta con el ejemplo de cordura de las manifestaciones en el Caquetá, que hasta ahora no dejan nada que lamentar.
Este tipo de situaciones tiene que ser sometidas a un concienzudo análisis: tal parece que existen odios exacerbados quizás por las abismales diferencias económicas que existen entre las clases sociales del país, donde un congresista gana más de 40 millones de pesos mensuales, un cacao cientos de millones de pesos diarios como es caso de Luis Carlos Sarmiento Angulo, mientras que un ciudadano que vive del rebusque no pasa de ganarse 30 mil pesos diarios para pagar arriendo, el alimento y el estudio de su familia.
Asustado el gobierno nacional por lo que está sucediendo, retiró el proyecto de reforma tributaria y llamó a un diálogo nacional. Estas medidas en algo pueden calmar los ánimos, pero si el diálogo no es fructífero y eficiente, el estallido social será peor y en corto tiempo.
En el Caquetá la mediación del gobernador Arnulfo Gasca Trujillo y del alcalde de Florencia Luis Antonio Ruiz Cicery ante los transportadores, facilitó la entrada de gas y el oxígeno al Caquetá, un ejemplo de diálogo que deberían seguir los representantes a la cámara Harry González y Edwin Valdéz, quienes han brillado por su ausencia en esta difícil situación.
No estamos de acuerdo con la violencia venga de donde venga, porque la violencia genera violencia y destruye lo que se ha construido con muchos años de esfuerzo. El diálogo y la cordura son el camino a seguir, el salvajismo solo produce dolor y muerte, es el peor de los remedios para curar una situación tan compleja como la que vive el país. Cordura y no salvajismo es lo que necesitamos.
