Uno de los grandes errores que ha cargado el experimentado Eusebio Unzúe en su larga carrera como entrenador fue el haber dejado ir, a finales del 2019, a sus dos líderes más importantes y ganadores de su equipo, Mikel Landa y Nairo Quintana. La apuesta era posicionar a un malcriado insoportable, Marc Soler, famoso por haberle hecho tremendo desplante a Nairo Quintana durante la Vuelta a España 19.
La apuesta no sólo no ha salido sino que Movistar se encuentra en el peor de los mundos, amenazados incluso con perder la categoría de World Tour si este año sus ciclistas no consiguen algo importante. Por eso buscaron reforzarse con un monstruo como Miguel Ángel López en vista que Enric Mas, el otro joven español que esperaba tener la jerarquía para ser el líder del equipo, no ha mostrado demasiado.
Movistar necesita de los triunfos que le dio Nairo en sus nueve años en el equipo: un Giro, una Vuelta, tres podios en el Tour, dos Tirrenos Adriáticos y un sinfín de etapas. Nairo tampoco la pasa demasiado bien en el Arkea, un equipo que no puede correr las grandes carreras del mundo ciclístico. Con Miguel Ángel seguramente el equipo telefónico volverá al sendero del triunfo.