Para los que no han salido de la ciudad: allá fuera las cosas son más complicadas de lo que uno cree. La guerrilla, atroz y salvaje en algunos casos, en otros ejerció un papel estabilizador. Aunque suene mal, muchas regiones vieron en ellas protección y/o apoyo frente a nuestro abandono, al olvido del centro, que se veían reflejado en pobreza o control paramilitar.
La estela de sangre de las guerrillas parece que va desapareciendo, pero ¿qué va a pasar con los territorios de las FARC? ¿Qué vamos a hacer como país para evitar que los paramilitares conviertan el río en una piscina de sangre?
La marcha del Bloque 33 de las FARC en el Catatumbo para desmovilizarse fue más larga de lo esperado. Sobre todo porque 15 paramilitares caminaban un par de horas detrás de la guerrilla y se apoderaron de los caseríos que estaban soñando con la paz, con que no habría uniformados con fusiles merodeando todas las mañanas. Hoy ya salieron desplazadas varias familias hacia Venezuela. Duro poco el sueño.
Dios quiera funcione el dialogo con el ELN, y después del cese al fuego bilateral, y el Ejercito tendrá como único objetivo atacar a los paramilitares, las famosas Bacrim. ¿Será que cambiarán esa tolerancia y en muchos casos alianza que tenían? No solo por función, sino porque el último año casi la mitad de los ataques al ejército han sido en encuentros con los paramilitares. El gran perro de ataque rabioso ya no tiene a quién morder… y parece que morderá al dueño.
Esta semana al menos 3 soldados murieron en acciones de este tipo, una de ellas donde dieron de baja a Cobra II, uno de los 20 más buscado en Colombia.
Las Bacrim son un mounstro sin cabeza, sin una organización formal y tradicional, que tiene presencia en 431 municipios de Colombia, según la Fundación Paz y Reconciliación. El año pasado asesinaron 80 líderes campesinos, y llevan la lamentable cifra de 17 este. La última fue en Yarumal, Luz Herminia Olarte. Según Cerac, desde el cese al fuego las FARC asesinó 0,003 civiles al día, lo que quiere decir que para matar 60 líderes civiles se habría demorado 26,666 años.
Esta semana se han presentado en varias zonas más. En Bojayá 80 indígenas fueron desplazados; es ensañarse con un pueblo, con una región. Además, en Antioquia, los paramilitares estuvieron varias horas en veredas de Briceño, preguntaron por 3 líderes sociales y a la salida, cuando venía el Ejército, hirieron a un campesino. En eso está el municipio que es considerado el laboratorio de paz. Además 21 familias Woaunaan Nonam fueron desplazadas en el Bajo Calima. Y el domingo 12 de febrero las Auto Defensas Gaitanistas, dictando ley en Córdoba, dictaminaron: “Sentenciamos y declaramos como objetivo militar a los máximos colaboradores de las FARC, todos de Marcha Patriótica”.
Honestamente yo no creo que el paramilitarismo siga siendo una política de Estado. El problema es que lo fue demasiado tiempo, y esa mentalidad y afinidad no se ha podido desmontar. En algunos pueblos y corregimientos, los paras y el Estado se siguen confundiendo, siguen siendo uno, y ese proceso tiene que parar ya. A mí esto ya me huele a UP.