Es un día crucial en el llamado Brexit, aunque esta frase ha sido repetida muchas veces a lo largo del proceso.
Y es que desde que el 52% de los votantes británicos eligieran abandonar la Unión Europea en el referéndum de 2016, ha habido muchas fechas clave.
Pero la de este martes es especialmente relevante por encontrarnos ya en la recta final del proceso de divorcio de los británicos de sus socios europeos. Y estar los ánimos muy caldeados.
La decisión generó rechazo incluso entre los parlamentarios de su propio partido, que convocaron un voto de no confianza para sacarla de su cargo, aunque la primera ministra lo consiguió superar.
Ahora, quedan solo dos meses para el 29 de marzo, el día programado para que Reino Unido deje la UE. Y a medida que se acerca ese día, surgen más dudas de que la ruptura vaya a materializarse en esta fecha.
Según información del periódico británico The Guardian, la UE se prepara para extender este plazo hasta julio si la primera ministra se lo pide.
Y la propia May amplió este lunes los posibles escenarios advirtiendo al legislativo que, de no salir victoriosa en la votación, el Brexit en sí estaría en peligro.
"Resuelvan la pregunta de nuestra retirada y podremos avanzar en la creación de una nueva relación (con la UE). Apoyen el acuerdo y esa labor podrá empezar el miércoles. Fracasen y nos enfrentaremos al riesgo de irnos sin un acuerdo o el riesgo aun mayor de no irnos", dijo.
La incertidumbre es tal, que los economistas están dividiendo sus predicciones de crecimiento para Reino Unido en tres: una en caso de Brexit con acuerdo, otra en caso de que se dé sin acuerdo y otra en caso de que Reino Unido permanezca en la UE, según un artículo del diario económico Financial Times.
La misma May había advertido a principios de enero en una entrevista con la BBC que, si su plan no se aprobaba, Reino Unido iba a entrar en "territorio desconocido".
Según aseguró en un reciente artículo el corresponsal de política de Reino Unido de la BBC, Rob Watson, ni siquiera los asesores más cercanos de May parecen saber si la primera ministra tiene un plan B.
"Tanto en público como, aparentemente, en privado, ella insiste en que su plan es la mejor y única manera de hacer cumplir el resultado del referéndum sin destruir la economía", afirmó.
Aunque tanto Watson como otros analistas sí dan algunas sugerencias sobre lo que el gobierno podría hacer en caso de que su propuesta no prosperase.
Brexit duro
La opción de mayor riesgo es que Reino Unido continúe con el calendario previsto y se retire de la UE el 29 de marzo sin haber alcanzado un acuerdo de salida.
Ni May ni la mayor parte de la Cámara de los Comunes (formada por 650 parlamentarios) quieren que esto suceda, aunque segúnThe Financial Timeshabría entre 80 y 100 miembros conservadores euroescépticos que lo verían con buenos ojos.
Es un escenario que se ha vuelto cada vez más posible en las últimas semanas, lo que ha llevado a empresas y gobiernos a acelerar la preparación de medidas ante un Brexit sin acuerdo.
Por ejemplo, España, el país de la UE con más residentes británicos, tiene listo un plan de contingencia que incluye, entre otros, formas de garantizar los derechos de sus ciudadanos que viven en Reino Unido y viceversa.
Aun así, el canciller español, Josep Borrell, afirmó este lunes que un Brexit duro (sin acuerdo) sería "una catástrofe para todo el mundo".
Los británicos verían sus consecuencias en muchos aspectos de su vida diaria. Por ejemplo, en el abastecimiento y precio de los alimentos procedentes de la UE, que empezarían a pasar controles aduaneros y a someterse a impuestos.
Nueva votación
Las poco favorables consecuencias de un Brexit duro hacen que todavía sean muchos quienes ven esta opción como lejana y poco probable, y prefieren pensar, en cambio, que los políticos encontrarán una solución alternativa.
Una de estas sería que May perdiera por menos de 100 votos, pudiendo volver así a presentar una versión mejorada de su plan para una nueva votación.
En este caso, quedaría por ver si la primera ministra es capaz de conseguir nuevas concesiones por parte de la UE, algo que parece poco probable.
Según la información recabada por la editora política de la BBC, Laura Kuenssberg, eso es lo que esperan varios miembros del Partido Conservador de May: que la primera ministra tenga al menos una oportunidad más de lograr que se apruebe su propuesta.
En ese caso, según Kuenssberg, May tendrá que renunciar a su característico "secretismo" y dejar claro a los parlamentarios cuáles serán sus siguientes pasos.
"¿Virará hacia eso que muchos en el parlamento quieren: ¿una relación más cercana con la UE, tal vez en dirección a una especie de unión aduanera?".
"¿O redoblará los preparativos para un Brexit duro, tratando (algo que no le creemos demasiado) de demostrar que realmente está dispuesta a una salida sin acuerdo, con la esperanza de que esta presión persuada a la UE a quebrarse y dejarles en claro de que ella no dará su brazo a torcer?", se preguntaba Kuenssberg en un análisis publicado el domingo.
A muchos de los que votaron en contra del Brexit les queda la esperanza de que el gobierno responda con un segundo referéndum.
Para poder tener tiempo de organizarlo, Reino Unido tendría que pedirle a la UE aplazar la fecha de salida, ya que se debe discutir y aprobar aspectos cómo quiénes podrán votar y cuál será la pregunta que aparezca en la cédula.
Su tramitación demoraría por lo menos 22 semanas, según expertos de la Unidad de la Constitución del centro universitario University College London.
El futuro de May
Otra opción sería renegociar el acuerdo de salida por completo, como señaló en un artículo publicado este lunes Peter Barnes, el analista político y en materia de elecciones de la BBC.
Esto también implicaría pedir un aplazamiento a la UE que debería ser aceptado por todos sus Estados miembros y una modificación en la ley británica que rige el Brexit. Y, claro, que la UE estuviera de acuerdo en volver a negociar un pacto.
Aunque, en un principio, las intenciones de la UE era que el Brexit se hiciera efectivo antes de las elecciones europeas de mayo de este año para que Reino Unido no participara en ellas.
Pero, ¿puede May seguir al mando del país si su propuesta de Brexit fracasa?
El Partido Laborista, el principal en la oposición, ya advirtió que solicitará un voto de no confianza que pondría en peligro el liderazgo de May.
Incluso si los laboristas no lo llegan a pedir, la popularidad de la primera ministra dentro de su partido es tan baja que siempre cabe la posibilidad que algunos de los propios conservadores intenten echarla del poder, como hicieron sin éxito el pasado 12 de diciembre.
También se puede dar la situación de que la misma Theresa May lo convoque con la intención de reforzar su autoridad, apuntó Barnes.
Si dentro de un plazo de 14 días el parlamento no da su confianza a May o a un gobierno alternativo, se convocarían elecciones generales y esto no podría ser antes del paso de, al menos, 25 días laborables.