Salario mínimo: entre el nobel de economía y el papa Francisco
Opinión

Salario mínimo: entre el nobel de economía y el papa Francisco

Los trabajos de Card y Krueger sobre salario mínimo y empleo y la propuesta de salario universal del papa pesarán en la negociación este año

Por:
noviembre 17, 2021
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Se aproxima el ritual de la negociación del salario mínimo. Ese que sólo lo ganan un poco menos de 2 millones de trabajadores y que a mediados de los 90, eran 4,5 millones.

Pero que hoy, cerca de 11 millones de trabajadores, la mayoría informales, no logran obtenerlo en el medio del más incesante rebusque.

Este año, dicha discusión para una eventual negociación estará enmarcada por la reforma tributaria que mantuvo los privilegios a empresas y a la alta plutocracia; una calamitosa situación en materia de empleo, donde el gobierno se empalaga hablando del gran crecimiento económico del PIB, que aún no llega al del 2019, pero que no logra generar el nivel de empleo que presuntamente una reactivación económica desataría y el que más crece es el informal.

Otro elemento del contexto es que la pandemia hizo crecer la desigualdad y se  retrocedió en los índices de pobreza a 10 años atrás. La quiebra de más de 600.000 mipymes da cuenta de la pérdida de ese tejido empresarial tan difícil de mantener y ahora más difícil  de reconstruir.

Y a este contexto se le sumará la altísima inflación por la importación de bienes y servicios con dólares caros y deficiencias en la cadena global de suministros. Que como de costumbre golpea más fuerte a los ingresos más bajos.

Y que la productividad laboral, dirán los empresarios y el gobierno  como el año pasado será negativa.

Otro contexto, muy negativo, es la posición que de espaldas al estallido social viene manteniendo el gobierno de Iván Duque al negase a negociar un pliego de emergencia y ahora la coalición del gobierno en el congreso de la República, hundiendo los proyectos de ley que presentó  el Comité Nacional de Paro.

Y qué además es el preámbulo del proceso electoral del 2022, caracterizado por las altísimas preocupaciones del establecimiento neoliberal y el uribismo por la posible pérdida de sus mayorías en el congreso y la presidencia de la República, para lo cual no disimulan incluso de acudir a un fraude electoral para exorcizar una eventualidad como esa.

Y habrán otros detalles.

Pero en la mesa de negociación, integrada por gobierno, empresarios y trabajadores, este año, hay dos elementos de significativa importancia.

Uno, el premio Nobel de Economía de este año 2021  otorgado entre otros a David Card quien desde principios de 1994, fue centro de atención, junto a Alan B. Krueger, por sus investigaciones que concluían que contrariamente al pensamiento ampliamente aceptado entre los economistas, el aumento del salario mínimo no se había traducido en una reducción de puestos de trabajo

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Las  investigaciones concluyen que contrariamente al pensamiento aceptado entre los economistas, el aumento del salario mínimo no se había traducido en una reducción de puestos de trabajo

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Este reconocimiento a este trabajo de Card y Krueger, derrumba la cantaleta predilecta de empresarios y gobierno, que han tenido en la Comisión de concertación  en los últimos 30 años. Por consiguiente deberán no solo aceptar sus equívocos, sino y en especial, reparar con un aumento significativo para el año 2022 del salario mínimo, los daños causados en el poder adquisitivo de dicho  salario. Son 30 años de deuda por un enunciado falaz.

Razón han tenido los trabajadores cuando siempre han sostenido, basados en su experiencia y los datos empíricos, que aumentar los salarios mínimos de forma generosa, contribuían a mejorar la economía por mayor demanda de bienes y servicios y por consiguiente el empleo.

Ello deberá verse reflejado en el incremento real y significativo del salario mínimo. Lo otro, sería una contraevidencia.

Y el otro elemento importante para la negociación es la declaración del papa Francisco en la reunión mundial de líderes sociales y comunales reunidos en el Vaticano a mediados del pasado mes de octubre, donde advirtiendo las graves consecuencias del modelo neoliberal y la crisis de la pandemia, que ha aumentado la desigualdad y la pobreza, llama a rectificar parte de esa situación, proponiendo un salario universal (renta básica universal la llaman otros) y la reducción  de la jornada laboral. Ambas propuestas están  en la dirección  de generar ingresos y un pleno empleo.

Estos dos elementos deberían modificar el ritual fracasado de éstas negociaciones anuales.

¿Prevalecerá la terquedad del gobierno y los empresarios en teorías ya revaluadas por premios Nobel de economía?

¿Mantendrá el gobierno su criterio de no dialogar ni negociar con los trabajadores?

¿Desoirán, gobierno y empresarios, las sabias propuestas del papa Francisco?

Amanecerá y veremos.

Posdata: Y se anuncian nuevas movilizaciones. 18 y 19 de noviembre paro nacional en la salud. 25 de noviembre el CNP convoca de nuevo a la calle, por el día de la no violencia contra la mujer, conmemorando 5 años del acuerdo de paz y 2 años del inicio del estallido social del 21N.

Twitter: fabioariascut

 

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