Los colombianos nos encontramos con la noticia del Patrullero de la Policía Nacional ALBEIRO GARIBELLO ALVARADO, joven de 23 años de edad y que los médicos especialistas le han diagnosticado “muerte cerebral”. Otros dos jóvenes policías se encuentran con diagnósticos reservados y continúan en cuidados intensivos. Fueron 26, el número total de policías lesionados en el atentado en la mañana del domingo 19 de febrero 2017 en el barrio La Macarena de nuestra capital bogotana.
Empecemos por señalar que en la Policía Nacional el personal que ostenta el grado de Patrullero representa no menos del 76 % de la planta integrante de la misma (178.024) ; un número que asciende a 98.146 entre hombres (88.924) y mujeres (9.222) como se puede consultar en la página web de dicha institución. Perciben un salario básico de $1.352.900 (Decreto No. 214 del 02/02/2016), cumplen con un proceso de ascenso discriminatorio al tenor de las regulaciones contempladas en el parágrafo 4º del artículo 21 del Decreto Ley 1791 de 2000; en muchos casos y en groseras violaciones al debido proceso, en ruines abusos de poder, falsas motivaciones y que podemos calificar de “decisiones administrativas deshonestas en un gerenciamiento deficiente del talento humano” se les retira ( Ley 857 de 2003), se les destituye ( Ley 734 de 2002 y Ley 1015 de 2006) o se declara su no aptitud sin sugerencia de reubicación laboral ( Decreto 094 de 1989 y Decreto 1796 de 2000) para truncar su continuidad y dejarle en la mayor precariedad humana, en cada caso, afectando núcleos familiares. Para ellos, los Patrulleros de la Policía Nacional, una población especial en la Fuerza Pública, desaparece el Estado Social de Derecho, la Constitución Política, la Ley, el Reglamento y la jurisprudencia colombiana. También el Bloque de Constitucionalidad, deja de existir.
Al Patrullero en la estructura piramidal de la institución armada, se le reconoce como personal de base de la institución, grados menores o una categoría de servidores de la Policía Nacional, la de más bajo rango. No se les da relevancia en el Cuerpo de Generales, tampoco por el Ejecutivo, Legislativo o Judicial. Para otros, aquellos servidores públicos que tienen el contacto directo con la comunidad, que asumen una intervención directa en las problemáticas sociales de la misma, quienes resuelven muchas situaciones, quienes se exponen en su vida, en su integridad, el verdadero protagonista sin necesidad de ostentar un alto grado o cargo. El que muere en el seno de una sociedad y el que materializa la misión de protección y salvaguarda de vida, honra y bienes. Menguamente se le reconoce por los colombianos. Toda la trascendencia en dicha profesión, la reciben de sus seres amados.
Al Patrullero de la Policía Nacional se le exige un desempeño funcional intachable y mucho mayor que a los demás policías (Oficiales y Nivel Ejecutivo a partir del grado de Subintendente). De ahí, la exigencia normativa para ascenso (que en efecto se hace ilegítima, desproporcionada, injustificada e inconstitucional, ya que no existe, ni se hace obstáculo para el resto de personal de carrera) y la flexibilidad normativa para su retiro. Al margen del ordenamiento constitucional (Art.13), es una abierta discriminación.
Lo cierto también de todo lo señalado, es que la Dirección de Talento Humano de la Policía Nacional, ha llamado a convocatoria del Concurso Previo de Capacitación para el Ingreso al Curso de Ascenso a Subintendente al personal de Patrulleros que ingresaron entre el 01 de enero de 1998 al 31 de diciembre de 2009 y que serían no menos de 39.000 policías que estarían compitiendo por no menos de 2500 pírricas plazas.
También que 17 Patrulleros adscritos a la Policía Metropolitana de Bogotá, fueron presentados ante el Responsable de Notificación de Retiros de dicha Unidad Policial, como otro número de profesionales de policía del Nivel Ejecutivo que sumarian 57 y que serían notificados de sendas resoluciones en aplicabilidad de actos administrativos discrecionales por voluntad de la Dirección General de la Policía Nacional.
Detrás de la profesión de Patrullero de la Policía Nacional hay una familia (esposa (o) e hijos, padres y hermanos), hay todo un recorrido de sacrificios, hay deudas económicas, hay enfermedades, hay persecuciones y maltrato laboral, traslados injustificados, hay una acumulación de fatiga física y psicológica, hay alegrías y momentos de satisfacción por el deber cumplido a pesar de todo, un pobre reconocimiento social y una pobreza en el Cuerpo de Generales para brindarles verdaderas y reales condiciones de bienestar. De futuro la profesión de Patrullero, tiene toda la calamidad que hemos inicialmente referenciado, ya que nuestro Presidente Juan Manuel Santos Calderón, se hizo ajeno a lo pregonado en la expedición del Decreto No. 259 del 16 de febrero 2016 a través de la cual creó una Comisión Consultiva de Alto Nivel para conocer la situación actual y lograr el fortalecimiento institucional de la Policía Nacional.
Los colombianos tendremos que seguir viendo en los medios noticiosos televisivos a los Generales cargando ataúdes de valientes y heroicos policías; o como seguimos viendo a nuestro Ministro de Defensa Nacional y Presidente de la República, visitando en los establecimientos hospitalarios de la Fuerza Pública a los héroes, en la mayoría de los casos, Patrulleros de la Policía Nacional o Soldados del glorioso Ejercito Nacional.
ALBEIRO GARIBELLO ALVARADO, un Patrullero que nos llama a reflexionar alrededor del sacrificio de ser policía.
